Cualquier fotógrafo estaría encantado con captar un momento así. Y cualquier persona encantada de ser la protagonista de tremenda fotografía para tenerla siempre de recuerdo. Oportuno el ojo del fotógrafo, un artista. Besos.
Estar en el momento justo en el sitio adecuado, con la cámara preparada. eso es lo que distingue a los buenos fotógrafos. Estoy seguro de que el oso sentía más curiosidad que otra cosa. Probablemente, no era el primer ser humano con el que se encontraba en sus inmersiones. Preciosa instantánea.
Y la paciencia. Fundamental en un buen fotógrafo. Lo que está relacionado directamente con tu comentario. Supongo que llevas razón, por el tamaño del oso esos movimientos rápidos parecen más fieros, pero tal vez solo fuera curiosidad. Me encanta la foto y me alegro que también te guste a ti. Un beso.
Es el mejor disco duro para las fotografías: la retina de cada uno. Sin duda, una imagen que mi retina ya archivó y almacenó, quedando en la superficie de mis recuerdos, como una manera de volver a admirarla y disfrutarla cada vez. Gracias. Un beso.
Un año más, la fiesta de Los Indianos, vuelve a ser el plato fuerte del carnaval de la isla de La Palma. Y un año más me reafirmo en que no me gustan los carnavales, salvo Los Indianos en La Palma. Y es que aquello es otro mundo festivo, más alegre, menos chabacano, más distendido, y muuucho más bonito y divertido. Bajo mi punto de vista, claro. Cuestión de gustos... Es todo un reclamo para las miles de personas que viajan desde todos los puntos del archipiélago canario, en barco o avión. Todos pasean ataviados con la ropa de los Indianos, por las calles peatonales de la ciudad. Desde primera hora de la mañana del lunes de carnaval (este año el 12-02-0218) van calentando el ambiente con su alegría y bailando al son de la música cubana. Hasta las 13:30 , hora en que llega el personaje más emblemático de la fiesta de Los Indianos: la Negra Tomasa. Van a buscarla al muelle, justo dos calles más abajo. La Negra Tomasa es un personaje muy entrañable...
Resuena en mi cabeza, como un eco, el estribillo de la canción del gran Pancho Céspedes "Qué hago contigo, amor, qué hago contigo....". Y entonces me descubro con el libro ya leído, terminado y disfrutado. Qué hago yo ahora, qué digo yo ahora contigo lectura especial que me has acariciado el alma. Y lo has hecho sin prisas, sin miedo, casi sin percibirlo, me llevaste hasta esta "vida en miniatura" para hacerla mía. Porque no hace falta tener similitudes con el personaje para sentarse uno frente al otro, en un tête à tête y escuchar, como yo he hecho con Dorothea, su protagonista. Un largo té de sobremesa, distendido, donde el libro me ha mirado a los ojos y yo le he mantenido la mirada, escuchando atentamente todo lo que en él acontecía. Aún con la taza humeante en la mano, te miro a los ojos y te sonrío ligeramente dejando el protagonismo a lo que mi mirada te dice, te expresa pero sobre todo te agradece. Me has gustado muchísimo. Qué hago contigo si no has de...
Me estoy leyendo un libro maravilloso, que tenía en la recámara desde el día de Reyes, un regalo que había pedido y que me está gustando muchísimo. No lo he terminado aún, pero se puede opinar sobre él sin finalizarlo, al tratarse de una compilación de Cuentos Populares y no tener como obra general, un principio/trama/desenlace/final. Con motivo del centenario de Italo Calvino, la editorial Siruela lanzó esta edición especial (2023), que cuenta con más de 940 páginas. El olor de los libros es algo fascinante con lo que me quedo absorta, y éste en concreto es como si tuviera condensado el olor de los 200 cuentos juntos que esconde su interior. Una vez en mis manos, tardé en empezarlo, porque no podía parar de olerlo ❤️ una y otra vez. Es un sueño pasearse por las letras de estos cuentos populares; cortos, breves, no necesariamente infantiles pero sí para toda la familia. Te sumerges en mundos habitados por misterios, por naturaleza, por la historia popular, a veces con moral...
Espectacular imagen. Y el oso no tenía pintas de querer jugar con la niña.
ResponderEliminarUn beso.
jaja. No sé las intenciones del oso, pero ella no parece asustarse en absoluto.
EliminarGracias.
Un beso.
Es una imagen muy bella.
ResponderEliminarAbrazo
Cualquier fotógrafo estaría encantado con captar un momento así.
EliminarY cualquier persona encantada de ser la protagonista de tremenda fotografía para tenerla siempre de recuerdo.
Oportuno el ojo del fotógrafo, un artista.
Besos.
Estar en el momento justo en el sitio adecuado, con la cámara preparada. eso es lo que distingue a los buenos fotógrafos. Estoy seguro de que el oso sentía más curiosidad que otra cosa. Probablemente, no era el primer ser humano con el que se encontraba en sus inmersiones. Preciosa instantánea.
ResponderEliminarY la paciencia. Fundamental en un buen fotógrafo. Lo que está relacionado directamente con tu comentario.
EliminarSupongo que llevas razón, por el tamaño del oso esos movimientos rápidos parecen más fieros, pero tal vez solo fuera curiosidad.
Me encanta la foto y me alegro que también te guste a ti.
Un beso.
También mi retina captaría esa imagen para siempre. No necesitaría cámara.
Fantástica imagen.
Un abrazo
· LMA · & · CR ·
Es el mejor disco duro para las fotografías: la retina de cada uno.
EliminarSin duda, una imagen que mi retina ya archivó y almacenó, quedando en la superficie de mis recuerdos, como una manera de volver a admirarla y disfrutarla cada vez.
Gracias. Un beso.