Presente
Era la primera vez que en el fondo veía unos ojos vacíos, y sentí escalofríos. Intentaba mirarla sin que nada delatara lo que estaba sintiendo. No directamente sino con suavidad, de puntillas, sin molestar, sin tener la sensación de entrar en la privacidad de alguien que no te ha invitado a pasar. Su voz es muy dulce y lozana, si la escuchas con los ojos cerrados nunca dirías que tiene ochenta y tres años, a lo sumo cuarenta y siete. Hoy apareció con un paquete de pequeñas dimensiones, envuelto en papel de regalo. Es para ti- me dijo- Y tuve que dar la vuelta para alcanzarla y llegar a ella. El tiempo justo para darme cuenta, de inmediato, que no podía aceptar ese presente. Los recursos económicos de esta señora eran tan ajustados que muchas veces, me preguntaba a mi misma cómo haría para salir adelante mes a mes. Por favor- le respondí- se lo agradezco muchísimo pero no tiene que regalarme nada. Me siento feliz por el detalle y porque me valore usted y me tenga en estima y con tanto c