Confidencias
Oír tu risa y apretujarte contra mi, es justo lo que necesito a veces. Tu pequeña cara llena de pecas y esa dulzura que nace en ti. Eres bondad y tu alma de una sensibilidad extrema. Creo que sabes cuándo necesito uno de tus abrazos y aunque te quedas pegada a mi con ese gesto infinito aprovechando para que te acaricie la espalda con suaves palmaditas y pequeños besos, sé que eres consciente, de que en ese momento sanas mis heridas con solo tenerte así de cerca. P.D: Para que el post estuviera completo tal y como a mi me gusta, debería acompañarla de una foto mía con mi sobrina, que además tengo muchas preciosas hechas por un gran fotógrafo aficionado (que ya este blog conoce; Jose Mª) pero se trata de una niña de 7 años y no quiero ponerla en ningún sitio público de internet.