Si quisiera enumerar las cosas que me aporta sumergirme en la lectura de un buen libro, creo que siempre tendría un punto y seguido; de cosas por decir, por sentir, por vivir, por expresar... No encuentro un punto y final. Ni siquiera cuando los termino de leer, porque es entonces cuando entiendes que siempre recordarás esos personajes de papel, y lo que te hicieron sentir. Cuando miro un libro sonrío, no lo puedo evitar. Solo yo entiendo por qué. Y los libros. Como el alma que no se ve, pero se siente. Te llena. Las cosas materiales no suman tanto como las espirituales, las etéreas. Son sensaciones que casan con las tuyas. Emociones. Sueños, viajes, secretos, aventuras, sentimientos, compañía, entretenimiento. Empatía. Magia. Gracias una vez más a SSMM los Reyes Magos de Oriente, porque aquella fría mañana de invierno debieron estar en la misma librería que yo, y verme por un agujero secreto, cuando tuve este libro en mis manos y me enamoré perdidamente de él. Aho...