El violín de Lev.
He terminado de leerme "El violín de Lev", de Helena Attlee (con la traducción de María Belmonte). Me acerqué a este libro con unas ganas especiales, a priori sin saber nada de él, me quise ver transportada a esa época de estudiante en el Conservatorio de Música, de la que tan buenos recuerdos guardo. Y aunque el violín no era mi instrumento (sino el piano), en el fondo quería sentir que tanto la música como el amor por su manera máxima de expresión, tienen muchos puntos en común. Y cómo no, descubrir la historia de uno de los violines más famosos del mundo. Tengo que decir que se trata de un libro suave, dulce, escrito con un amor incalculable por este violín y su pasado. Sin embargo, no terminé de conectar con esta obra, pronto me ganó la desidia, no era tanto el aburrimiento sino la monotonía en la manera de narrarnos los hechos. Bajo mi punto de vista es una lectura densa, algo que a veces sucede con los ensayos en general, pero en éste se siente acuciado por la prosa qu