Esencial.
En un mundo que se pierde en la riqueza material, en el poder, en el prestigio, en el reconocimiento, en el vivir del escaparate con los mejores coches, las mejores casas, la mejor ropa y las joyas más exclusivas..............que al ponderar las cosas suele equivocarse en las verdaderamente importantes. Opino que una de las mayores riquezas, si no la que más, es ver y sentir "esa luz" en la mirada de quien quieres, porque refleja la felicidad que alberga su alma. Y la felicidad de quienes quiero, es mi felicidad. No hay dinero que compre ese sentimiento genuino, la espontaneidad, el impulso, lo sincero frente a lo fingido, lo que sale del corazón sólo al desnudar el alma sin miedos. Quien tiene esa riqueza, previamente la ha dado, y al venirle de vuelta la ha duplicado. Esas miradas llenan mi hoy, aquí y ahora. Me esfuerzo en que así sigan siendo. Y al mismo tiempo anidan en mi corazón a través del recuerdo, del momento y de los lugares que hablaron de l