Lo que de verdad importa. Dos puntos: Difícil resumirlo aquí pero fácil de sentir. La película es muy recomendable, transcurre en un idílico pueblo de Canadá y tiene todos los ingredientes para que cada uno, a su manera, haga suya la frase que tiene por título. Salí del cine con ganas de contarlo todo pero al mismo tiempo con ganas de no decir nada sobre ella. Me e n c a n t ó. En ocasiones siento que hay lugares que hablan de mi, hay personas que hablan de mi e incluso hay películas que hablan de mi (no porque cuenten algo personal mío sino por su manera de contar la historia, la forma en que se enfatizan algunos aspectos, la manera en que se muestran las emociones y secretos, la magia de las cosas que de verdad importan, la música que acompaña en algunos momentos, hasta una lámpara Tiffany de libélulas que se ve en la película es justo la que tengo en el salón de casa, no parecida sino la misma). Hay objetos, hay talismanes, hay creencias, hay emociones, hay sentimientos, hay d...