"Pasando senderos cortados a pico en abruptos y escarpados derrumbaderos, dimos vista al Valle de Tejeda. El espectáculo es imponente. Todas aquellas negras murallas de la gran caldera, con sus crestas que parecen almenadas, con sus roques enhiestos, ofrecen el aspecto de una visión dantesca...." (D.Miguel de Unamuno) Foto tomada en el Centro de la isla, en la ruta que va desde Artenara a Tejeda. ¡Qué razón tenía Unamuno y cuántas sensaciones albergan sus palabras! Y emociones también, de esas que le dan a uno la vida. En los senderos serpenteantes que unen los pueblos de la Cumbre, habitan la calma, la paz, la naturaleza, la serenidad, el silencio, el olor a verde y amarillo, a tierra y trigolinas. Y la vista se pierde entre montañas con siluetas que se superponen, entre pinares de Tamadaba, entre Calderas, entre Presas habitadas por patos que chapotean al jugar, entre emblemáticos Roques, etc. Y en medio de esos senderos aún quedan almendros en flor que dan sombra y cobijan