Hombre caído.
Después de dos lecturas infructuosas (que no abandonos absolutos, pues volveré a ellos en otra ocasión, cuando sea el momento adecuado), llegué hasta este libro que he terminado de leerme. Me gusta el género de los cuentos, y me gusta este autor (salvo algún libro puntual que no me gustó), así que enseguida supe que quería leer esta nueva obra recién publicada. Y con ese entusiasmo me adentré en su lectura, donde pude disfrutar de unos cuentos muy variados. Por un lado me atrajo mucho que no fuera monotemático, fue sencillo abandonar uno y empezar el siguiente. En ese sentido la lectura es muy inteligente ya que te lleva de un lado a otro, sin que pierdas el interés entre un cuento y el siguiente. Son cuentos relativamente cortos, por lo que la lectura de este libro es muy ágil y amena. Sin embargo, no en todos sentí ese sello personal del autor, y en algunos no hallé ese humor del que habla la sinopsis. A pesar de todo ello, la lectura se decanta -claramente- hacia el lado...
Preciosa foto. Gran verdad la de Marco Aurelio.
ResponderEliminarAbrazote
Con la foto sentí un flechazo al verla.
EliminarY al primer impacto me susurró: Dulzura.
Luego vino la frase.
Me alegro que te gustase, tocaya.
Un beso!
Madrecita mía,
ResponderEliminarmadrecita tierna,
déjame decirte
dulzuras extremas.
Es tuyo mi cuerpo
que juntaste en ramo;
deja revolverlo
sobre tu regazo.
Juega tú a ser hoja
y yo a ser rocío:
y en tus brazos locos
tenme suspendido.
Madrecita mía,
todito mi mundo,
déjame decirte
los cariños sumos.
Poema de Gabriela Mistral
Un beso
Bonita poema, Jubi.
Eliminar¿Hay algo con más dulzura que una madre? Lo dudo.
Gracias por tu aportación.
Un besote.
Pues una foto así es el vivo retrato de la dulzura.
Es cierto que nadie puede resistirse a la dulzura. Añadiría, la dulzura siempre es sincera. El intento de fingirla siempre suele resultar una falsedad que incomoda a quien la recibe.
un beso
· LMA · & · CR ·
Hola Ñoco.
Eliminar¿Verdad que si? Es lo que me transmitió al verla, mucha dulzura.
Pues has dicho algo muy acertado e interesante que me hizo pensar. Ciertamente no imagino a alguien fingiendo dulzura porque se notaría a lo lejos esa falsedad como bien dices.
Todas las falsedades ajenas que uno siente son incómodas pero se me antoja que en este campo de la dulzura, sería más incómoda aún si cabe.
Gracias por tu comentario.
Un beso!
El problema con la dulzura es que para ganar la guerra ha de estar dispuesta a perder muchas batallas.
ResponderEliminarHola Tawaki.
EliminarTu comentario me dejó pensando......dando vueltas a esa particular percepción de la dulzura.
Y no sé si estoy realmente de acuerdo, o si logré entenderlo en toda su amplitud.
La dulzura debe perder batallas para ganar la guerra? ¿La dulzura o las circunstancias?
La dulzura es innata en algunas personas, sean las circunstancias que sean.
Mmmm sigo pensando y me voy pensando, sí.
Muchas gracias por tu comentario.
Un beso.