Querido Miguel.
He terminado de leerme la novela "Querido Miguel", de Natalia Ginzburg, y me ha encantado. Me siento feliz y afortunada de haber llegado hasta ella. Es un libro intimista, que al estar narrado de manera epistolar se convierte en más humano si cabe. Entrar en este libro es acariciar el alma de las personas que en él habitan. Es sumergirse en su mente, en su sentir. Es constatar en primera persona cómo respiran y cómo laten sus corazones. Me resulta increíble cómo la autora logra, de manera tan sublime, ahondar en el interior de los personajes y todo aquello que les rodea. La manera de mostrarnos ese mundo interior es tierna, amorosa, sincera, directa, sublime, transparente, clara, amable, atractiva, pero sobre todo muy cálida y hasta reconfortante. Existe una especie de catarsis en esta historia, donde las ausencias físicas se solapan a las emocionales, y donde hay cabida tanto para las letras infinitas como para los silencios más huecos. Me ha parecido una novela muy respet
a quien se le ocurrió la presentación de este escaparate le picó la pulga, desde luego, una idea muy original!
ResponderEliminarEso pienso yo también.
EliminarLa pulga se acomodó y bien.
Un beso, Raúl.
P.D: La foto es de un escaparate de Zurich capital. El precio no lo vi......pero me hago una idea.
Es que hay cabezas muy duras, impermeables a cualquier idea.
ResponderEliminarSi, hay cabezas que no tienen solución ni remedio. Totalmente impermeables.
EliminarEl escaparate donde fue tomada la foto, estaba muy cerca de donde te encuentras tú ahora, en Zurich.
Un abrazo, Tawaki.
Como enciendan todos los focos a la vez, van achicharrar el bolso y los zapatos y luego se tendrán que rascar el bolsillo para reponerlos.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Jubi.
EliminarPara mi, que cada artículo de esa tienda tiene un seguro privado, a prueba de robos o de pulgas que dejan esas ideas escaparatistas.
Un abrazo para ti.