Los ojos de Mona.
El libro nos muestra la relación entre una niña y su abuelo. Cuando ésta experimenta una ceguera de casi sesenta minutos, sus padres la llevan a médicos, tras diferentes pruebas concluyen que todo está bien. Y aunque todo apunta a una ceguera permanente casi inminente, se evita diagnosticarlo o hablar de ello. Sin embargo los médicos aconsejan acudir a un psiquiatra infantil que acompañe y ayude a la niña en el proceso.
Su abuelo se compromete a llevar a la niña al especialista, una vez a la semana, pero lo que realmente hace es llevarla cada miércoles a ver un cuadro en los Museos. El fin es que aprenda del Arte, que se empape de la belleza de cada obra, de sus lecciones, y que cuando sus ojos solo puedan ver negro, ella recuerde y se deje llevar por cada cuadro visitado, analizado y amado, haciendo que la luz esté en su interior.
Creo que la idea de esta novela no es mala, podría ser incluso muy interesante y aleccionadora, pero la sensación que dejó en mí ha sido muy superflua. Me resultó una estructura muy simple y repetitiva. Las más de quinientas páginas avanzan siempre cuando ven un cuadro juntos, cuando el abuelo le explica sobre él, cuando la niña lo interpreta y luego se suceden una serie de preguntas por parte de ésta a su abuelo (diálogos con la misma estructura y mismas coletillas, capítulo tras capítulo).
Es cierto que la riqueza de las obras de arte, radica en las interpretaciones que cada persona tiene sobre las mismas, pero me atrevería a decir que habían demasiados juicios de valor sin fundamento profesional y sin el rigor de la objetividad. Esto último fue algo que eché muy en falta.
Soy de las que disfrutan visitando Museos, de las que pueden estar quince minutos delante de un mismo cuadro observando cada detalle, recreándose en lo que me transite, sonriéndole, pensando en su autor trabajando en él, dejándome llevar. Por eso me atrajo este libro, aunque finalmente no ha sido como yo esperaba.
Nota: 6
Thomas Schlesser, nació en París (1977). Dirige la Fundación Hartung-Bergman y es profesor de la Escuela Politécnica de París. Es historiador del arte, autor de numerosos ensayos como "Faire rêver" y "Anna-Eva Bergman: vies lumineuses". La publicación de su novela "Los ojos de Mona" (07/03/2024. Finalista del Grand Prix RTL-Lire Magazine Littéraire) se ha convertido en un acontecimiento editorial en más de veinte países.
Sinopsis: Cincuenta y dos semanas: ese es el tiempo que le queda a Mona, una niña de diez años, para atesorar toda la belleza del mundo. Es el lapso que su erudito y original abuelo se ha dado para descubrirle, cada miércoles después del colegio, una obra de arte antes de que se quede ciega. Así, se disponen a visitar juntos los tres grandes museos parisinos: Louvre, Orsay y Beaubourg (Centro Pompidou), y a zambullirse en cuadros y esculturas con el fin de que su propia belleza y su sentido filosófico permeen y se inscriban para siempre en lo más hondo de Mona. Mirando a través de los ojos de Botticelli, Vermeer, Goya, Frida Kahlo o Basquiat, la pequeña aprenderá sobre la generosidad, la duda, la melancolía, la autonomía y la indignación, e irá incorporando su poderoso aprendizaje en su día a día.
Mmmmmm Querida amiga,
ResponderEliminarPues pienso que el libro no tiene mucha sustancia ¿No?
Pienso igual que tú: que la idea puede ser buena, pero si está mal ejecutada, mal andamos.
Un besazo. Gracias por tus libros.
¡Hola, Macarena!!
EliminarRealmente el libro, para mí, tuvo muy poca sustancia. No era lo que esperaba, ni tan siquiera se le acercó.
Estamos de acuerdo en que la idea es buena, pero la estructura -bajo mi punto de vista- lo estropeó todo, hasta el argumento y la intencionalidad.
Pero bueno, como siempre digo, "para gustos, colores".
Gracias a ti, querida amiga.
Un besazo grande.
Pues a mí me ha suscitado curiosidad este libro q nos traes hoy, mi querida NÉLIDA a pesar de ti impresión negativa. Sobre todo por su planteamiento y es posible q tb porque con 7 años viví algo parecido a lo q vivió MONA, pero mucho menos dramático. Me extrajeron una muela y se me inflamó toda la cara, durante varias semanas mi abuelo me llevaba al dentista para q me pusieran ante una lampara para q me bajara la inflamación y de camino, me contaba todo tipo de historias , siempre guardaré en mi recuerdo aquello y además me encanta el arte, claro, si se dedica a hacer una disertación personal y sin base profesional de cada cuarto, tienes toda la razón, es posible q resulte ademas de pesado bastante improductivo, en fin, veremos si me cuadra localizarlo, en todo caso mil gracias , ya tengo varias de tus recomendaciones esperando en mi repisa ... quizá no deba perder el tiempo teniendo tantísimo pendiente..lo dejaré al azar..sea como sea y como siempre mil graaaaacias preciosa...No sabes cómo agradezco tus consejos y sobre todo leer tus impresiones de todo tipo, además de objetiva y certera ..haces de estupenda criba q en un mundo tan inmenso como el editorial es todo un lujazo, así q mil graaaaacias , como siempre, un besiabrazo grandísimo ( como los de nuestra amiga BISI : ) y sobre todo, si tienes vacaciones ( yo no; ) que disfrutes muchísimo de esta Semana Santa ; ) y si no, también... 😘😘😘🌷
ResponderEliminar¡¡Hola, María!!
EliminarQué bonita historia la que cuentas, evidentemente en el momento en que te sucedió tenía de todo menos bonita. Pero me refiero al recuerdo que anidó en ti, esas visitas al dentista acompañada de tu abuelo y de las historias que te contaba.
Me fascina solo imaginarlo. Qué tesoro más grande. Y qué suerte ser consciente de ello y sonreír a la vida por todo lo que nos da.
Algún día tendrás tú que escribir un libro con ese argumento, y tus propias historias. Aquí tendrías una lectora expectante :-)
Muchas gracias por tus palabras, querida amiga. El cariño es mutuo, me alegra mucho saber que llegar hasta mi bitácora, te sirve de criba, de guía, de selección.
Te agradezco la confianza y cómo abrazas cada una de mis publicaciones. Eres un sol.
Otro besiabrazo para ti!! 😘😘😘🌷
Nada más ver la portada del libro Los ojos de Mona, vino a mi recuerdo la novela de Tracy Chevalier inspirada en el cuadro de Vermeer La joven de la perla, a mí me había encantado, es más, hasta fue llevada al cine.
ResponderEliminarA mí me encantan las novelas que enganchan desde el principio y las tienes en mente hasta el final.
Por lo que cuentas de que es un poco repetitiva, en cuanto a los diálogos entre nieta y abuelo, dudo de que yo tuviera paciencia para leer más de 500 páginas, aunque sí te digo que no me gusta dejar ningún libro sin llegar al final, por muy pesado que me resulte, siempre quiero darle una oportunidad de que cambie mi opinión aunque sea hacia el final.
Cariños y feliz día de Jueves Santo.
Kasioles
Hola Kasioles.
EliminarA mi me encanta Johannes Vermeer, es de mis pintores favoritos. Me gusta muchísimo y siempre que puedo intento descubrir más de él en su vida personal, y no sólo la artística. También leí la novela de Tracy Chevalier, “La joven de la perla” y me gustó muchísimo. La atesoro en la biblioteca de casa, y también pasó por aquí:
http://contadoradelibros.blogspot.com/2017/12/het-meisje-met-de-parel.html
Me pasa como a ti, me cuesta dejar un libro a medias, así que tiene que ser verdaderamente malo para que lo haga. Y han sido muy pocas veces.
En esta ocasión merecía la pena llegar hasta el final. Cada libro tiene algo que decirnos, aunque no nos termine de gustar tanto.
Muchas gracias.
Cariños y feliz Domingo de Resurrección!!
La historia tiene un planteamiento original que, quizás, en la realidad (una niña que terminará ciega) pueda hacernos pensar si esa recreación exclusiva en el arte, aunque sea una vez a la semana, pudiera ser la panacea para mantener los ojos abiertos al color una vez oscurecidos. Que la presentación literaria decaiga en interés por quedarse en lo obvio siempre es decepcionante; suele esperarse más de las lecturas y con el bagaje que tú llevas la exigencia es lógica. Mirar una obra de arte e interiorizarla es algo muy, muy personal, un ejercicio de interpretación que cada cual lo encara a su manera y gusto, que no tiene por qué ser coincidente con el gusto ajeno.
ResponderEliminarBueno, y le has puesto un seis, que es un pelín más que el aprobado raso, jeje.
Ay, los libros, las vueltas que les damos...
Un abrazo con el Sol brillante.
Hola, Una mirada.
EliminarCiertamente como argumento podría estar muy bien, pero obviamente no sé si en la práctica uno se quedaría sólo con esa parte (el arte) para retener el color y la belleza.
Has puntualizado algo muy interesante con lo que estoy totalmente de acuerdo: el arte es algo muy personal e íntimo, la manera en que nos llega a cada uno es diferente entre sí.
El libro terminó siendo bastante decepcionante para mí, como has podido comprobar. Pienso que tienes razón en la exigencia que vamos creando; con la pasión intacta y el paso del tiempo, conseguimos entrar en ellos con una intensidad más exigente, disfrutamos más porque sabemos lo que verdaderamente nos gusta, y lo que no.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo con olor a petricor!!