Las aventuras de Wesley Jackson.

 

He terminado de leerme "Las aventuras de Wesley Jackson", de William Saroyan. 

Me ha parecido un libro maravilloso. Quizás sea el mejor libro que he leído sobre la Segunda Guerra Mundial, al ahondar en la parte más humana de un grupo de soldados americanos, donde nace una amistad recia y genuina que es narrada en primera persona por uno de ellos; Wesley Jackson. Comparten su día a día, en un momento de total incertidumbre, y lo hacen a corazón abierto y con unos valores humanos inquebrantables. 

Es una novela conmovedora, natural, sincera, inocente, también devastadora y atroz. Es amable, generosa, de gran sensibilidad, de mucha empatía y puro sentimiento. De juventud, fuerza y pasión. Su prosa es inteligente, audaz, brillante y cargada de ironía, destacando lo absurdo de las guerras, de sus dirigentes, de los conflictos y las apariencias, de tirar la piedra y esconder la mano tras esa posición privilegiada de espectador que ve a los jugadores desde las gradas, a salvo. 

Esta novela no complace a quienes pretenden dar una imagen edulcorada de la guerra. Hay partes del libro que destacaría de manera especial, como un capítulo entero donde nuestro protagonista rompe a llorar y durante siete páginas seguidas nombra por qué (quién) llora, en frases cortas y directas. Esa especia de catarsis es muy emotiva. También podría subrayar varias ideas, pensamientos que comparte, pero me quedo con la frase que tal resuma lo más importante: "El mundo es demasiado dulce para matar. Respirar sienta demasiado bien y ver es demasiado maravilloso. Los seres humanos no deben matarse. Deben esperar a que Dios se los lleve cuando llegue su hora".

El autor, Willian Saroyan (Fresno, California, 1908-1981), hijo de inmigrantes armenios, abandonó los estudios a los quince años de edad y empezó a escribir febrilmente mientras subsistía gracias a pequeños trabajos precarios (como el de la Compañía de Telégrafos de San Francisco). A principios de lo años treinta aparecieron sus primeros relatos y, en 1834, con la publicación de "El joven audaz sobre el trapecio volante", obtuvo el reconocimiento general del público y de la crítica. Es autor, entre otros, de: "La comedia humana", "Me llamo Aram" o "Un día en el atardecer del mundo".

Sinopsis: "Me llamo Wesley Jackson, tengo diecinueve años y mi canción favorita es Valencia. Supongo que tarde o temprano todo el mundo se busca una canción favorita. Yo sé que la mía es ésa porque no paro de cantarla ni de oírla, incluso dormido". Con esta frase se abre "Las aventuras de Wesley Jackson", la novela que el ejército de los EE.UU. encargó a William Saroya para da una visión amable de la vida de las tropas americanas destacadas en la Segunda Guerra Mundial. Rechazado por las autoridades por ser profundamente antibelicista y poco complaciente, el libro narra con sabiduría, humor y pasión los días de un joven que conocerá lo mejor y lo peor de la vida, su lado más trágico y su lado más divertido, el más hermoso y el más siniestro, hasta llegar a la convicción de que sólo el amor y la fraternidad humana pueden redimirnos. Éste es un libro mágico, tocado por el don de la verdad, que confirma a William Saroyan como uno de los grandes novelistas americanos de su siglo.