Dad y se os dará.

 

He terminado de leerme la novela "Dad y se os dará", de Donna Leon.

El comisario Brunetti se enfrenta a un nuevo caso, por petición de una vieja conocida de la infancia cuya familia y la de él vivieron muy unidas durante una época. Brunetti no recuerda mucho de aquellos años porque era muy pequeño, sin embargo tiene un recuerdo muy amable de cómo la madre de esta conocida se compartaba con él y su familia.

Es el primer libro que me leo de esta autora, y más concretamente de la saga del comisario Brunetti. Le puse muchas ganas, quería cambiar de registro con mis anteriores lecturas y tropecé con esta novela que me llamó la atención, pero lo cierto es que no me gustó casi nada. Me costó entrar en la historia, no la encontré interesante, no me gustó la narración y en todo momento tuve la sensación de que había que estar separando la paja del grano continuamente. 

Puede que tenga muchos seguidores que disfruten con las novelas de esta autora y su emblemático comisario, pero no fue mi caso. Una novela que llegó a aburrirme, con una manera de narrar muy caótica y hasta pueril.

Me parece una novela totalmente prescindible. Es mi opinión.

Pero bueno, todo ha servido para conocer a una autora más y sumergirme en una historia nueva.

Donna Leon nació en Nueva Jersey (28/09/1942). Estudió en Perugia y Siena, continuó en el extranjero y trabajó como guía turística en Roma, como redactora de textos publicitarios en Londres y como profesora en distintas escuelas norteamericanas en Europa y Asia (Irán, China y Arabia Saudí). Es autora, entre otras obras, de la saga del comisario Brunetti cuyos comienzos se remontan a 1993 hasta 2022 ("Dad y se os dará"). Estos han sido publicados a treinta y cinco países y son fenómeno de crítica y ventas en toda Europa y Estados Unidos.

Sinopsis: ¿Qué papel puede o debe jugar la lealtad en la vida de un inspector de policía? Es una pregunta que el comisario Brunetti tiene que plantearse y, en última instancia, responder cuando la distinguida Elisabetta Foscarini, una conocida de la infancia, le pide un favor relacionado con su familia. Brunetti se siente obligado a ayudarla y comienza a investigar por su cuenta perdiéndose en un laberinto de fatales casualidades que conducen hasta una organización benéfica. El commissario está a punto de dejar correr el tema, atribuyendo lo descubierto a una preocupación maternal exagerada, cuando el caso toma un giro muy oscuro. Brunetti se verá forzado a pedir sus propios favores para avanzar en esta investigación personal que inevitablemente se tornará oficial cuando descubra las dos caras de lo que parecía una venerable institución. En el caso número 31 de su carrera, Guido Brunetti se enfrenta, en una Venecia casi irreconocible por la pandemia a los claroscuros de las ONG mientras sobre el país vuelve a cernirse la sombra del crimen organizado, dispuesto a sacar tajada de la emergencia sanitaria.