Obra maestra.

He terminado de leerme el libro "Obra maestra", de Juan Tallón. 

Le tenía ganas (primera edición febrero 2022) porque me pareció muy interesante la sinopsis, me llamó la atención y me tenía intrigada el saber más sobre este acontecimiento.

La historia que cuenta es sorprendente e inverosímil, pero fue real y tuvo mucha repercusión (negativa) para el museo Reina Sofía. Fue todo un escándalo vergonzoso e inadimisible que hubiese desaparecido una de sus obras, ¡nada más y nada menos que una escultura de treinta y ocho toneladas!

El libro es todo un trabajo periodístico de investigación, se aprenden muchas cosas y tiene un muy buen fondo crítico. Nos cuenta los entresijos del Reina Sofía en aquella época y aporta testimonios de todas las personas que -de una manera u otra- estuvieron ligadas a la gestión y administración del museo o que tuvieron relación directa con lo sucedido. El libro avanza entre opiniones de expertos, de otros artistas, del propio escultor de esta obra, de los policías  que investigaron el caso, etc…

El libro me ha gustado, pero pienso que a veces se torna algo repetitivo. Además eché en falta que se profundizara más en las diferentes teorías, pues el autor pasa de puntillas sobre ellas.

Juán Tallón (Vilardevós, Ourense, 1975) es Licenciado en Filosofía, ejerce el periodismo y ha colaborado en medios radiofónicos. Es autor de varios libros en gallego, y en castellano ha publicado obras de no ficción como "Libros peligrosos" y "Mientras haya bares", así como las novelas "El váter de Onetti", "Fin de poema", "Salvaje oeste", "Rewind" y “Obra maestra”. 

Sinopsis: La historia que narra esta novela es del todo inverosímil......y sin embargo sucedió. Es increíble, pero es verdad: un museo de primer nivel internacional - el Reina Sofía- encarga para su inauguración en 1986 una obra a una estrella de la escultura, el norteamericano Richard Serra. El escultor entrega una pieza creada “ad hoc” para la sala en la que iba a exhibirse. La escultura en cuestión -Equal-Parallel/Guernica-Bengasai- consta de cuatro bloques de acero independientes de grandes dimensiones. Inmediatamente se eleva la pieza a obra maestra del minimalismo. Finalizada la muestra, el museo decide guardarla, y en 1990, por falta de espacio, la confía a una empresa de almacenaje de arte, que la traslada a su nave en Arganda del Rey. Cuando quince años después el Reina Sofía quiere recuperarla, resulta que la escultura -¡de treinta y ocho toneladas!- se ha volatilizado. Nadie sabe cómo ha desaparecido, ni en qué momento, ni a manos de quién. Para entonces la empresa que la custodiaba ya ni siquiera existe. Cero pistas sobre su paradero. La misteriosa desaparición queda elevada también a categoría de obra maestra. Como el escándalo adquiere resonancia mundial, Serra acepta replicar la pieza y darle rango de original, y el Reina Sofía, sumarla a su exposición permanente. 

Entre la novela de no ficción y la crónica novelada, entre el disparate y lo alucinógeno, Obra maestra reconstruye a ritmo de thriller trepidante un caso que lleva a hacerse algunas preguntas perturbadoras: ¿cómo es posible que algo así sucediera? ¿Cómo se convierte en original una copia? ¿Qué es arte en el arte contemporáneo? ¿Cuál fue el verdadero destino de la famosa, enorme y pesada escultura de acero convertida en aire? ¿Es posible que un día aparezca?

Para responder a estas y otras preguntas, las páginas de la novela acogen una sucesión de voces muy dispares: las de la fundadora del Reina Sofía, algunos de sus directores, los policías de la Brigada de Patrimonio que investigaron la desaparición, la jueza que instruyó el caso, personal del museo, ministros, el empresario que custodió la obra, galeristas del museo, el propio Richard Serra, su amigo -y antiguo ayudante- Philip Glass, marchantes de arte, críticos, artistas, concejales, coleccionistas, un coreógrafo que danzó alrededor de la escultura, ingenieros, periodistas, historiadores, vigilantes, políticos, una terrorista, un jubilado, un camionero, un chatarrero, un taxista, una agente de la Interpol, el propio autor del libro, en tratos con una editora para escribirlo, o César Aira, que propone una teoría tan loca como deliciosa sobre el verdadero destino de la escultura.

Comentarios

  1. Realmente me gustan este tipo de investigaciones. Siempre he creído que, a veces, es más importante la labor investigadora de un periodista obstinado que la de la policía. Lo que ya me gusta menos es que el misterio continúe sin resolver. Pero no me extraña, de verdad, que cosas así pasen. Por muy grande que sea el volumen del objeto desaparecido, en nuestro bendito país suelen darse siempre una serie de carambolas que hacen que sea posible que haya cosas que se esfumen sin que nadie repare en ello hasta pasado mucho tiempo.
    Te aseguro Nélida que, a menor escala, eso lo he visto yo en mi ciudad.
    La cuestión es quién es más responsable en un tema de estos, si el que hace desaparecer el objeto o la persona o institución encargada de su custodia. Y al final siempre resulta que el común denominador es una sucesión de circunstancias de enchufismos, gestores inútiles, políticos que no se quieren pringar, que desembocan en un resultado inverosímil ¿Tú recuerdas el "Caso Roldán" y que este señor pasó decenas de filtros haciéndose pasar por licenciado cuando no tenía ni graduado escolar? ¿Quién tuvo más culpa él, que robó, o quién debía haberlo fiscalizado? Somos tan dados en las altas esferas a mirar para otro lado... Y es normal, si el que yo he puesto es un ladrón o un incompetente y la gente lo descubre, quien tiene que renunciar al cargo soy yo, mejor que haga la vista gorda.
    Lo peor es que estas distracciones nos cuestan dinero a todos.
    Y creo que mejor no siga porque me estoy encendiendo sola jajajajajaja.
    Muy chulo el libro de hoy.
    Un beso enorme, Nélida. Te deseo, ahora que eres libre, muchas y variadas lecturas. Muack!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Macarena!
      Gracias por tu elaborado comentario, gracias.
      Si te gustan los libros de investigación periodistas, éste es de los tuyos, seguro que te gustará.
      En tu propio comentario tratas un tema que sale a relucir en el libro.....no te imaginas la nefasta gestión que se llevaba en el Museo en aquel momento. No había apenas registros, mucho menos había orden, y lo peor no habían competencias y cuando le preguntabas al Ministerio eran un cero a la izquierda.
      A mi todo eso me sorprendió mucho, cómo una institución tal importante estaba tan descontrolada. Digo en todos los sentidos, y no me quedo corta.
      A veces la realidad supera la ficción....

      El libro merece la pena, bajo mi punto de vista, pero me faltó algo, eché en falta un espíritu más literario.

      Tú comentario da para mucho jugo que sacar, Macarena.
      Todos, en algún momento de nuestra historia española, hemos mirado para un lado y otro viendo lo mismo, compartiendo impotencia e incredulidad.

      Muuuchas gracias.
      Y muuuuchos besos!!!!

      Eliminar

  2. ·.
    Un argumento realmente sorprendente, nadie se lo creería cuando parece una obra de ficción con todos los ingredientes para ser una novela de misterio. Seguro que la has disfrutado tanto como yo leyendo tu reseña.
    Un beso Nélida

    LaMiradaAusente · & · CristalRasgado

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Alfonso.

      Imagínate, cuando leí la sinopsis, de inmediato me dije "¿esto sucedió? yo quiero saber más" :-))

      Sabes, Alfonso? A veces la realidad supera la ficción, y éste es un claro ejemplo de ello.

      Espero que estés muy bien y que los libros sigan estando presentes también en tu casa.

      Gracias.
      Un beso!

      Eliminar
  3. Sabía algo muy por encina de esta historia y al hablarnos ahora del libro he buscado más información. Manda narices que el museo se gastara 80.000 € en una copia y el original siga en paradero desconocido. Quén no sepa esto se pensará que está viendo la que el artista creó.
    Cuantos engaños de todas clases no nos meteran por los ojos.
    Sigo esperando El huerto de Emerson .
    Buena noche.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Laura.

      Los datos que maneja el libro son asombrosos. Mira que yo soy una acérrima defensora del arte, de su impronta y el valor incalculable que tiene. Pero no comparto las millonadas que se gastan en una obra que solo quieren para una única exposición.....y luego al almacén.

      En este caso, la segunda obra que imita como réplica a la primera, es del mismo autor. Ahí no nos engañan.
      Otra cosa son las teorías al respecto. Algunas muy rocambolescas.......y aún así pueden quedarse cortas con la realidad!!

      Gracias Laura.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  4. Me quedo colgado del asombro. ¿En quince años nadie se preocupó de esa obra ni la empresa avisó al Reina Sofía que dejaba de prestar servicios de almacenaje? ¿Cómo es eso posible? ¿Y cómo puede hacer mutis una obra de tal envergadura por mucho que se pudiera dividir en bloques? Menudo pastiche casi de ciencia ficción que demuestra cuánta persona ociosa e inútil cobra por una tarea de responsabilidad incumplida. A poco que se reflexione, no cuesta nada imaginar la de obras de menor tamaño que, supuestamente guardadas, se hallan en paradero desconocido, perdidasen ese torbellino de los inventarios que, al parecer, nadie revisa para comprobar que las anotaciones se corresponden con objetos perfectamente localizados. Un desastre. Y menuda vergüenza. para un museo de semejante relieve.

    Desde luego, nadie podrá decir que no tocas todos los palos lectores, ofreciéndonos, con tus reseñas, grandes posibilidades para optar por diferentes libros y estilos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Una mirada.....
      Y no es para menos el asombro. Esto es la punta del iceberg, el libro tiene más hilo del que tirar.
      Esas mismas preguntas me las hice yo, incrédula total, pero lo cierto es que muchas veces la realidad supera toda ficción.
      Con ese tamaño, con ese peso......cómo nadie vio nada!!!
      Pero lo gracioso (y no quiero hacer spoiler) es que la empresa que custodiaba las obras entró en concurso de acreedores por las "facturas millonarias" que le adeudaba el Gobierno. Ni más ni menos.
      Incuso avisó de ello al Musero Reina Sofía para que se llevasen las obras (ésta y muchas otras no te creas) ¿pero qué hicieron lo responsables? Exacto: nada.

      Gracias por tu comentario y tus palabras, amigos.
      Un abrazo fuerte.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Querido Miguel.

Los indianos

La particular memoria de Rosa Masur.