Buena mar.


He terminado de leerme "Buena mar", de Antonio Lucas. 

Es un libro al que le había echado el ojo desde hacía tiempo, pero siempre terminaba postergando su lectura. Hasta ahora. 

Me ha gustado porque es un libro que está bien narrado, porque trata el tema desde dentro (el protagonista-autor vive la experiencia en primera persona y así nos lo relata aquí), porque no escatima en detalles. Porque nos presenta a unos personajes de mar, con ese recelo por su privacidad y al tiempo la generosidad de compartir experiencias extremas. 

El libro habla sobre una terrible travesía que muchos marineros, año tras año, realizan con el peligro que conlleva (muchos fallecen en ese trabajo) y el sacrificio tan grande de permanecer en el mar tantos meses (o lo que es lo mismo, estar con la familia un total de muy pocas semanas al año). 

Creo que con intención y buen criterio, el autor nos presenta al protagonista con una historia pendiente fuera. De esa manera abarca uno de los puntos fuertes en una historia como ésta, lo que te puede jugar la mente y los pensamientos, sabiendo que estás solo y aislado. Es una labor dura la de estos marineros y me ha gustado acercarme a ellos a través de este libro. 

Antonio Lucas nació en Madrid (1975), es periodista y poeta con varios premios literarios. Actualmente trabaja en el diario "El Mundo" como redactor de la sección de Cultura. Ha publicado varias obras, destacando: Los desengaños (2014) por el que consiguió el Premio Loewe, Los desnudos (2019) ganador del Premio Poesía Generación de 27, Los mundos contrarios (2009) Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla. Su debut en narrativa ha sido la novela Buen mar (2021).

Sinopsis: El narrador de Buena mar se embarca, de la manera más literal posible, en un viaje de trabajo Lo hace porque es periodista y quiere descubrir cómo viven y faenan esos hombres que pasan su vida en alta mar para que nosotros podamos comer pescado fresco. Esta travesía hacia lo desconocido, nunca ha navegado y apenas conoce del mar más que la playa, es también un viaje hacia su propio interior, pues lo que conoce en tierra firme en realidad parece irse a pique: su trabajo, su pareja, su casa, su vocación, su vida entera. Cómo se vive rodeado de agua, cómo van pasando los días entre los timbrazos que anuncian que la red está llena, cómo se ve el horizonte desde un viaje que no se parece a ninguno, qué esperar del trayecto hacia Gran Sol, uno de los caladeros más complicados del mundo. Con esta experiencia, vivida a través de su propia inocencia pero también a través de la mirada y la sabiduría que la tripulación poco a poco le va prestando, Antonio Lucas trae a nuestras manos la épica de un trabajo agotador y tan desconocido como apasionante. 

Comentarios

  1. He oído hablar, aunque no he leído sus trabajos, de Antonio Lucas. Desde luego, documentarse para una obra embarcándose en una aventura de ese cariz, ya da una idea de la actitud del autor, capaz de confrontar su inexperiencia con esa mar muy diferente de la que muestra su mansedumbre en las playas. Nada como vivir in situ la realidad de unos hombres que se ganan la vida con esfuerzo, no siempre recompensado, en un elemento que ofrece sus tesoros pero que también puede ser tumba. No puede haber texto más realista que aquel en el que se da cuenta de las propias vivencias.

    Con este libro has continuado la merecida racha de buenas lecturas; ojalá continúes así en las próximas, teniendo en cuenta que te has hecho con nuevos ejemplares con los que recrearte y recrearnos con esas meditadas reseñas que da gusto seguir.

    Me he metido ahora, literariamente hablando, en arenas políticas; estoy leyendo El Jefe de los Espías, de Juan Fernández-Miranda y Javier Chicote, que no es una novela sino un meticuloso trabajo de investigación sobre el que fuera director del CESID, Alonso Manglano. Tengo a medias (bueno, casi terminado) La Saga de los Malditos de Chufo Lloréns, con dos historias sobre personas judías en la Edad Media y en la Alemania nazi, y terminé Historias de almanaque, de Bertolt Brecht, en la que relata diferentes momentos históricos.

    Siempre nos quedará mucho por leer pero nadie nos podrá quitar todo lo leído.

    Un abrazo.

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    1. Hola, Una mirada.....
      Pienso lo mismo que tú, porque sin duda nos faltarían vidas para leer todo lo que nos gustaría, pero ¡¡nadie podrá quitarnos todo lo leído!!.

      Cuántos sentimientos encierra el acto de leer.....de sumergirte en una historia y hacerla propia, de entender escenarios que nunca antes habías imaginado, pensar, sentir, emocionarte, respetar, ampliar las miras............otra dimensión paralela que -algunos afortunados- vivimos y disfrutamos como si no hubiera un mañana :-))))). Las palabras se quedan cortas para explicar ese universo de libros vividos y leídos, que echando la vista atrás conforman un acompañamiento paralelo al camino de cada lector.
      Recuerdos de infancia cuando a edad temprana ya querías quedarte en casa leyendo que estar en la calle todo el día, con ese binomio de placer que solo en la infancia se posee con plenitud y cero preocupaciones. .
      El ejemplo. Los gustos, las afinidades, la personalidad.
      Ese temblor que a veces siente mi mente cuando entra en una librería, esa dosis elevada de amor que te lleva casi al mareo de querer todossss los libros,, un dulce síntoma con un -más dulce todavía- remedio.

      Sí, Una mirada, sigamos sumando momentos lectores que nos llenen tanto. Que nos perdamos para encontrarnos en cada libro leído, siempre disfrutando.

      Tomo nota de los libros que has mencionado. El Jefe de los Espías, no lo conocía pero me has dado una idea para hacer un regalo, porque sé exactamente a quién podría gustarle mucho esa lectura. Lo mismo que con la Saga de los Malditos, me resultó muy interesante, éste podría gustarme a mí pero también lo he visualizado como regalo para otra persona que le encantaría.
      ¡¡Gracias!!!

      En cuanto al libro de Antonio Lucas que me leí, lo has dicho todo y encima de manera muy clara: Embarcarse en primera persona en una historia así, dice mucho del autor, pero también del libro que tienes entre las manos, pues está llena de matices y no solo por lo que te han contado, sino principalmente por lo que has vivido.
      Es casi un homenaje a tantos y tantos marineros que lo dan todo (incluso muchas veces la vida) por ese trabajo en alta mar, en su peligrosidad y su soledad que a muchos consume el alma poco a poco.
      Sin duda, un libro muy bueno.

      Gracias por todo, amigo.
      Un beso grande.

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  2. Me parece una lectura interesante, Nélida. Creo que sabes que Yayo es un amante del mar y un consumado pescador. Yo, en cambio, soy más de secano; aunque me gusta tener el mar cerca.
    Con Yayo he aprendido a amarlo y a temerlo; pero ahora...Macarena... ¡Que sé me ha hecho surfera la niña! Así que en casa están todo el días viendo documentales de olas, pesca, deportes...
    Creo que me gustaría adentrarme un poco más en la experiencia que narras porque es cierto que siempre me ha intrigado la vida de los que se embarcan tanto tiempo dejando a las familias en casa ¡Más dura aún que la vida de los camioneros! Frío, sin cobertura, con temporales...
    ¡Muchos besos, amiga Nélida!

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    1. ¡Hola, Macarena!
      Es una lectura interesante sin duda.. Por lo que me cuentas, podría gustarle mucho a Yayo claro, pero me aventuraría a decir que te podría gustar mucho a ti también.

      El mar, y esto lo digo como isleña, es precioso desde el paseo con los pies en la arena, con los baños sumergidos en sus aguas, con las risas y momentos compartidos. Incluso con la soledad porque, al menos me ha pasado a veces, que me siento sola delante del mar y me dejo llevar llenándome de él y vaciándome de todo lo demás. Esa sensación, la mente en blanco, el arrullo de las olas rompiendo con suavidad, ese ir y venir semejante a tus sentimientos, esa relación íntima entre el mar y tú hará que cuando lo tengas lejos sientas unas ganas tremendas de estar a su lado, por verlo, escucharlo, olerlo.......que hasta te dolerá.
      Pero también conozco la parte negativa del mar, la parte oscura, la de vidas que se ha cobrado esa playa de cabecera por cercanía. Días, semanas, meses, años.....y pasa la vida y se repiten las historias que ya todos sabemos.

      Pero es que con este libro, se va un paso más allá, obviamente. No puede ni compararse la cara "amable" que conocemos del mar quienes vivimos en una isla o tierra adentro sin costa, eso es lo de menos. Este libro es otra dimensión, lo que hacen estos marineros es de un valor incalculable...........para que muchos no sepan ni valorarlo a la hora de comer un pescado fresco. A la hora de las malas subastas, etc.
      Cuánto se da...........y qué poco se recibe a cambio. Una vida demasiado sacrificada.

      "Frío, sin cobertura, con temporales". Así es, no lo había publicado en la entrada pero el libro cuenta también esos detalles, entre otros.

      Muchas gracias por todo, amiga.
      Es un lujo tenerte por aquí y sentirte tan cerca.
      ¡¡Muchos besos!!

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  3. Se presenta interesante. Me gusta el mar como espectadora. Puedo sentarme en la arena y pasar tiempo comtenplándolo. La vida del marinero creo que es un trabajo muy duro. Cuando vamos al mar nos gusta ir al puerto a ver llegar los barcos cargaditos y como descargan las cajas llenas de pescado y después en la lonja el teje maneje de las subastas, que para nosotros profanos en la materia es un verdadero lío.
    Me lo apunto.
    Buena noche. Nélida
    Un abrazo.

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    1. ¡Hola, Laura!
      El mar, visto con calma sentados en la arena, es un bálsamo que nos tranquiliza y recarga las pilas. Yo también disfruto mucho de esos ratos de contemplación.
      Fíjate que sabía que la vida del marinero no era fácil, pero fue leyendo este libro cuando realmente comprendí lo duro y sacrificado que es. Supongo que no es lo mismo saberlo o imaginarlo, a que alguien te lo cuente de primera mano con tantos matices como hace el autor en este libro.

      Lo de la subasta es algo que provoca resquemor entre los marineros, porque -en el libro también lo cuenta- muchas veces sienten que han sacrificado mucho para obtener el pescado y luego en la lonja no saben defenderlo como merece, pues hay un factor suerte vs oportunidad que condiciona mucho.

      Espero que te guste mucho, al menos valdrá la pena conocer ese mundo desde dentro. Ya me contarás qué tal.
      Cuídense mucho.
      Un abrazo grande!!

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