Primavera extremeña.

Esta semana le ha tocado el turno a Julio Llamazares. Me he leído su libro “Primavera extremeña”. 

Se trata de una especie de diario, que avanza en capítulos cortos y abarca desde el inicio del confinamiento de esta pandemia (16-03-2020) hasta Junio 2020. Tres meses de experiencias, vivencias, datos, percepciones y reflexiones. 

El autor escribe con mucha dulzura y gran amplitud de miras. Me gusta su manera de expresarse, de describir las cosas y los sentimientos, de observar y ver más allá de lo aparente. Destaco la forma en que evoca a la naturaleza, en toda su belleza y esplendor, las descripciones tan vívidas de los colores, los animales, el campo haciéndose a sí mismo sin que el hombre irrumpa, imponga ni cambie nada. Me recordó a lo vivido aquí en mi isla, donde vimos unas aguas cristalinas como hacía demasiado tiempo no veíamos, y una vida marina riquísima y abundante, empezamos a avistar especies en la misma costa que nunca se habían visto tan cerca (delfines, etc). Los humanos estaban confinados en sus casas, no se bañaban en el mar, no salían a practicar deportes acuáticos ruidosos, no había pesca ni faenaban los barcos, no habían vertidos ni ruidos, tan solo la naturaleza viviendo y haciéndose a sí misma. 

Para mí, eso es lo más importante de este libro. Aunque también el autor consigue evocar, con perspectiva, aquellos primeros quince días (que finalmente fueron tres meses), con similitudes continuas entre lo que el lector sintió y lo que el autor vivió. Para llevarlos hasta el presente y asombrarnos con las cifras actuales y las que por aquellos primeros meses tanto nos sorprendían, dolían y asustaban. Quién nos lo iba a decir.  

Particularmente el libro me hizo pensar en la sociedad que aseguraba, por aquellos primeros momentos, iba a salir de todo siendo más fuerte y mejores personas. Con el tiempo, generalizando y no particularizando, he podido constatar que no sólo no lo han conseguido, sino que se han vuelto más egoístas e insensibles, olvidan pronto. Aquellos a quienes valoraban y animaban con palabras de aliento y aplausos, se han vuelto invisibles, denostados, apestados en algunas comunidades de vecinos e incluso a vista de los negacionistas son unos conspiradores de un virus inexistente. Sí, tristemente el ser humano es capaz de sacar lo peor de sí mismo, y aunque el libro no trate sobre esto, el lector no puede dejar de extrapolarlo en errores que se multiplican, derivando en una mala gestión con nula ética.

Julio Llamazares, nació en Vegamián (León) en 1955. Sus obras abarcan todos los registros literarios (poesía, literatura de viajes, crónica, relato corto, guión cinematográfico, así como artículos periodísticos). Entre sus múltiples obras podemos citar “La lentitud de los bueyes” (1979), “Memoria de la nieve” (1982), “El río del olvido” (1990), “Cuaderno de Duero” (1999), “Las rosas de piedra” (2008), “Atlas de España imaginaria” (2015), “El viaje de don Quijote” (2016), “El entierro de Genarín” (1981), “En mitad de ninguna parte” (1995), “Tanta pasión para nada” (2011), “Luna de lobos” (1985), “La lluvia amarilla” (1988), “Escenas de cine mudo” (1994), “El cielo de Madrid” (2005), “En babia” (1991), “Nadie escucha” (1995), etc.  

Sinopsis: En marzo de 2020, días antes de que toda España quedara confinada, el autor se instaló con su familia en una casa situada en la sierra de los Lagares, cerca de Trujillo, en Extremadura. Allí estuvieron, como los personajes de Decameron, recluidos durante tres meses en un lugar que les regaló la primavera más bella que vivieron nunca. Durante ese tiempo, la naturaleza, preservada de la intervención humana, se llenó de luz, de colores brillantes y de animales en libertad, mientras la tragedia de la pandemia se extendía implacable. Y es que la vida, pese a todo, consigue abrirse paso entre las grietas de la realidad, por angostas que sean. En este libro se entrelazan dos lenguajes para narrar una primavera tan inesperada como cruel y hermosa: el de la prosa sugerente de Julio Llamazares y el de las evocadoras acuarelas de Konrad Laudenbacher, amigo y vecino del autor. Una vez más, como siempre ha ocurrido, el arte y la literatura aparecen para ofrecer consuelo y un conjuro que intenta detener el dolor del mundo. La primavera recobrada. 





Comentarios

  1. Qué lujo leer a Llamazares, que sabe recoger los paisajes desmenuzándolos con una sensibilidad arrolladora y vaya privilegio para él y su familia enfrentar esos momentos iniciales de la pandemia, de la que tan poco se sabía, en un escenario limpio y natural, alejado de las cuitas políticas y las controversias.

    Estoy de acuerdo contigo; la pandemia no nos ha hecho mejores. Ni peores. Seguimos siendo, como grupo, las mismas personas de siempre. Ni las mascarillas ni las restricciones varían la esencia del ser, aun con episodios de sobresalto. “No soy de un pueblo de bueyes”, escribía Miguel Hernández en otros tiempos y circunstancias. Pero yo veo a quienes me rodean y, entre suspiros, huelo la mansedumbre tintada de desesperanza.

    Emotivo y grande, Llamazares… Le dejaré un espacio a su escritura en ese inicio pandémico que, casi un año después, sigue campando tras demoler las rutinas.

    Pero seguiremos soñando con las viejas primaveras.
    Un abrazo, apreciada.

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    1. Hola, Una mirada....
      Todo un lujo leer a Llamazares, así es. Sobre todo en forma de diario y reflexiones.
      Ciertamente desmenuza los escenarios de una manera sublime, les infunde mucha vida y calor. Su sensibilidad traspasa la páginas de un libro o una pantalla de ordenador. Sus textos se viven, se palpan, se huelen, se sienten.....

      Desgraciadamente la pandemia no ha hecho mejores personas como se prometía. Coincido contigo en que básicamente somos los mismos, aunque de mi cosecha propia añado que a mi parecer, muchos sí se han vuelto más insensibles y egoístas. Puede que situaciones extremas saquen lo mejor de las personas, pero también la peor cara. Depende de cada quién......

      Haces bien en dejarle un hueco a esta lectura, tras un año de pandemia te hace reflexionar entre pasado-presente y.......futuro.

      Muchas gracias por tu comentario.
      Me ha pillado una época con escaso tiempo libre para leer, pero deseando retomarlo, ya lo creo. Echaba de menos pasar por vuestros blogs pero poco a poco, me pongo al día.
      Muchos besos!!!

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  2. Imagino, Nélida, que era cuestión de muy poco tiempo que las editoriales demandaran textos sobre el confinamiento y la pandemia.
    Estoy muy de acuerdo contigo en el hecho de que, cuando estuvimos confinados, la naturaleza se abrió paso; pero para serte sincera, siempre supe que era imposible que cambiásemos. A lo mejor, puedo resultar hasta irreverente, pero no me hizo gracia que la gente aplaudiera en sus balcones, ni que los sanitarios bailaran. Estaba tan indignada con la gestión del gobierno, con las mentiras de las redes y con el hecho de que los medios mitificaran la pandemia, que no quise participar de las bondades del ser humano durante la primera ola. Y, fíjate, el tiempo me ha dado la razón muy a mi pesar. Para mí, no hubo nada bueno en aquello, ni mucho menos ahora.
    Así que, sin querer ser grosera ni contigo ni con el autor, respecto a la pandemia, sigo enfadada con el mundo y ni leyendo un bello diario, que no pongo en duda que lo sea, puedo cambiar mi opinión acerca de que no hubo nada bueno en el confinamiento. Nos convertimos sólo en una pose de cara al exterior, pero como casi todo en las redes, seguimos siendo igual de "idiotas" que siempre.
    Siento mucho haberme desahogado de esta manera. Igual no venía ni al caso, pero es que estoy tan enfadada con el mundo a cuenta de todo lo que ha ocurrido y ocurre...
    De cualquier forma, agradezco como siempre tus reseñas, sobre todo porque me dan pie a expresar mis opiniones ¡Imagina cuando leo!
    Muchos besos. Y cuídate mucho.

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    1. Hola, Macarena.
      Muchísimas gracias por tu comentario y por aportar tantas cosas a la entrada.
      Es un tema candente, que nos enciende a muchos y nos hace pensar-reflexionar a todos.
      Tengo en mi familia a dos sanitarios en primera línea, puedo asegurarte -a pesar de ello- que yo no salía al balcón a aplaudir. Pero porque pensaba "menos aplausos y más conciencia y prudencia". No obstante, y precisamente por esa información de primera mano que me llegaba, tengo que decirte que a ellos (todos los sanitarios) acogían con agrado el gesto porque les animaba y les reconfortaban sobre todo las palabras de aliento. Aunque sea tu vocación, no es fácil para ningún sanitario ver morir a tantas personas y en esas circunstancias de soledad.

      Hay tantos matices, ¿verdad? .Cada persona es un mundo, la situación cambia a diario, todo avanza y al mismo tiempo se estanca. Sí, es un tema de debate muy interesante que da para mucho.

      No eres grosera conmigo (¡qué cosas dices!) tampoco creo que lo seas con el autor, tan solo estás enfadada (con motivos) por la situación y te indignan las mismas cosa que a mi, que a muchos. Solo que cada uno lo expresa a su manera y con su énfasis particular en cada cosa.

      Yo también me enfado con el mundo, luego consigo vivir y disfrutar de cosas que me reconcilian con la humanidad y con la parte feliz de la vida. A ver cómo siguen las cosas, amiga.

      Cuídate mucho tu también.
      Muchos besos.
      P.S: Tenía muchas ganas de pasar por tu blog, ya lo hice por finnnnn. Me han venido unas semanas sin apenas tiempo para mis cosas, así que no imaginas las ganas locas que tengo de leer mis lecturas pendientes!!!! Ya voy poniéndole remedio :-)

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    2. Querida Nélida, eres un encanto, de verdad.
      Si te digo la verdad, estaba preocupada porque nunca has pasado tanto tiempo sin escribir en tu blog y he pensado muchas veces en si estarías bien. Así que me acabo de llevar una alegría y te lo digo de corazón.
      Por lo demás, agradezco tu comprensión. Espero que no sea tan descabellado estar tan enfadada. Y si, como en tu caso, me dices que tienes familiares en primera línea... Uf ¡Qué difícil me resultaría!
      Me alegro que hayamos podido hablar. Muchos besos y ¡Cuídate!

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    3. Ohhhh Macarena, muchísimas gracias, me emocionaron tus palabras.
      Tú si que eres un encanto, y yo afortunada de contar con tu aprecio. ¡¡La alegría es mutua!!.
      Gracias por preocuparte y pensar si me pasaba algo, en este "inusual" intervalo de tiempo. Te lo agradezco muchísimo, de corazón. No sabes cuánto.

      Nos seguimos viendo y leyendo, viajando y compartiendo.
      Un beso fuerte y grande.

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  3. No dudes que lo buscaré.
    Muchas primaveras he vivido allí y sigo viviéndolas Nélida. Cuando llega toda Extremadura se engalana y es un disfrute para la vista. No es por que sea mi tierra ;) pero es de una belleza infinita. Y donde Julio ha vivido es uno de los pueblos más bonitos de España. Trujillo es una maravilla. A él solemos llevar a los amigos que nos visitan, como al Valle del Jerte y a Cáceres y se van encantados.
    Bueno ya te contaré. Mientras seguiremos caminando que Béjar también nos rezuma naturaleza por todos lados, es o bueno de n vivir casi en el campo.
    Buena noche. Cuídate.
    Un abrazo.

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    1. Hola, Laura.
      ¡Qué ilusión! leerte decir que vas a buscar este libro para leerlo. Creo que te va a gustar mucho, ojalá sea así. Ya me contarás!!!!
      Para mi Extremadura es la gran desconocida, lo reconozco, aunque me he propuesto saber más de ella y he descubierto desde hace un tiempo a esta parte, que es realmente preciosa y está llena de rincones hermosos, bellos, tranquilos y únicos. Cada vez me gusta más, cuanto más la conozco, y eso a pesar de la distancia.

      Qué bueno que tú hayas disfrutado tanto de esa tierra, en persona. Todas las maravillas y bondades que me cuentas, me parece estar viéndolas ahora mismo contigo. Gracias!!
      Y gracias por llevarnos de la mano por Béjar, con esos paseos que dan vida y oxígeno. Eres muy generosa. Tenía ganas de pasar tu blog y ayer lo hice por finnnn.
      Sigamos viviendo preciosas primaveras, Laura, disfrutando la naturaleza como la que nos describe Llamazares en este libro.
      Cuídate mucho
      Un fuerte abrazo.

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  4. ·.
    Es un autor que me ha gustado, el Río del olvido. No dudo que éste también me gustaría.
    Recluirse en Extremadura es todo un privilegio. Una tierra excelente para ello.. Enviviable.

    Un beso Nélida

    LaMiradaAusente · & · CristalRasgado

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    1. Hola, Alfonso.
      Es un autor muy especial, tan sosegado y al mismo tiempo intenso, ¿verdad?. De una sensibilidad tan extraordinaria.
      No he leído el libro que nombas, pero seguro que me iba a gustar.
      Recluirse en Extremadura ha sido, en palabras de Llamazares, de lo mejor que pudo ocurrirle en aquel momento. Recluirse en el rincón especial de cada uno, es el mayor de los privilegios, sentirse seguro y a gusto, disfrutando junto a los seres queridos de lo que la vida y la naturaleza nos brinda.

      Gracias por tu comentario.
      Un besote.

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  5. De Julio Llamazares te recomendaría un libro que tiene y ha tenido mucha fama. La lluvia amarilla.
    Resumen : Andrés, el último habitante de Ainielle, pueblo abandonado del Pirineo aragonés, recuerda cómo poco a poco todos sus vecinos y amigos han muerto o se han marchado a la ciudad. Refugiado entre las ruinas...
    Un abrazo.

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    1. Hola, Jubi.
      Pues he oído hablar mucho de "La lluvia amarilla", pero aún no lo he leído. Me lo apunto!! Gracias por tu recomendación.
      Por la sinopsis que me adelantas aquí, creo que me gustará mucho y debe ser un libro muy especial, al estilo de Llamazares.
      Anotado queda.
      Gracias.
      Un abrazote.

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  6. Un autor del que me enamoré al leer el primer capítulo de La lluvia amarilla. Luego cayeron Luna de lobos y El cielo de Madrid, que me gustó un poco menos. Me gusta cómo escribe y estoy seguro de que este libro no es una excepción. De la pandemia y sus circunstancias mejor no comento, que me enciendo.

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    1. Hola, Tawaki.
      Me han hablado muy bien de "La lluvia amarilla", me apetece leerlo. Lo tengo en mi lista de futuribles lecturas. "Cielo de Madrid" tampoco lo he leído.
      Coincido contigo en gustos sobre la manera de escribir y expresarse de Llamazares. Un autor que merece mucho la pena.
      Gracias por tu comentario.
      Un abrazo.

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  7. Holaaa. Espero que estéis bien. Por aquí sí y terminando de limpiar.
    Hoy me regaló mi hijo la Primavera Extremeña. Me he enganchado a él y no me extraña nada que Julio alucinara allí. Ya te contaré . Lo poquino que he leido me ha encantado. Pasar esos meses tan durus en la naturaleza fue un gran alivio.
    Buen martes Nélida. Cuidaros.
    Un abrazo.

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    1. Qué bueno, Laura!!! Me encanta el regalo que te ha hecho tu hijo, 👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻 . Yo creo que este libro te gustará mucho., cuánto me alegra saber que lo empezaste y ya te tiene enganchada. ¡Bravo!. Llamazares es muy ameno y entretenido, merece la pena bucear en sus letras. Ya me contarás cuando lo hayas terminado. Disfrútalo mucho!

      Por aquí estamos bien, gracias. Seguimos con mucho cuidado todas las medidas de protección y prevención.
      Me alegra saber que ustedes también están bien, y que las obras de casa han avanzado. Ahora toca limpiar, pero ánimo que luego toca recrearse y disfrutar del resultado!!
      Gracias, Laura.
      Un abrazo fuerte.

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