La mujer de la balanza.
Jan Vermeer, es uno de mis pintores favoritos.
Aunque hoy en día es uno de los artistas holandeses más famosos, después de Rembrandt, en su época no fue tan popular y su éxito fue moderado. Por eso hay tan pocas obras suyas, no pintaba para el mercado del arte sino para mecenas, bajo encargo.
Hay algo en todos sus cuadros que me resulta fácilmente identificable. Sus composiciones son ricas en detalles y simbolismos. Acompañado siempre de su sempiterna paleta de grises, azules y amarillos.
Sus pinceladas son magistrales, desde elegantes reflejos hasta la más sutil de las texturas. Esa estudiada iluminación en sus cuadros, aporta intimidad a las escenas y hasta cierto halo de misterio.
En "La mujer de la balanza" (1664) Vermeer expresa una de sus grandes preocupaciones: encontrar el equilibrio subyacente de la vida.
Podemos ver a una mujer que sostiene una delicada y vacía balanza. Podemos pensar que sopesa con calma las preocupaciones del mundo transitorio en contraposición con las espirituales.
Su semblante es sereno (otro aspecto característico en todos sus cuadros).
Detrás de ella cuelga un cuadro del Juicio Final.
(En tiempos de Vermeer, los temas bíblicos e históricos eran considerados más dignos de atención que la representación de la vida cotidiana en sí).
Sobre la mesa, ante ella, hay unos tesoros terrenales; perlas y una cadena de oro.
Una suave luz entra por la ventana aportando la nota de espiritualidad .
Cuelga un espejo en la pared, símbolo artístico habitual de vanidad y sofisticación. También símbolo del conocimiento de uno mismo. Sugiere el cuadro entero, la importancia de la moderación, de la conciencia de cada uno y una comprensión plena de las implicaciones de un juicio final.
Me gustan los cuadros de Vermeer, y en la gran mayoría de ellos retrata escenas cotidianas en el interior de un hogar. En ellos suele pintar a una persona, a veces dos.
Pero además también me gusta mucho este cuadro de la mujer de la balanza, porque aún siendo el más alegórico de todos, sigo viendo rasgos comunes identificativos con el resto.
Creo que es una lástima que no pintase más cuadros. Porque ahora tendría más obras suyas que admirar.
Admiración, ese es el sentimiento.
(Nota: "La mujer de la balanza" está expuesta en la National Gallery of Art, en Washington).
Me gustan los cuadros de Vermeer, y en la gran mayoría de ellos retrata escenas cotidianas en el interior de un hogar. En ellos suele pintar a una persona, a veces dos.
Pero además también me gusta mucho este cuadro de la mujer de la balanza, porque aún siendo el más alegórico de todos, sigo viendo rasgos comunes identificativos con el resto.
Creo que es una lástima que no pintase más cuadros. Porque ahora tendría más obras suyas que admirar.
Admiración, ese es el sentimiento.
(Nota: "La mujer de la balanza" está expuesta en la National Gallery of Art, en Washington).
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ResponderEliminarTambién es uno de mis pintores favoritos...
Lo que me encanta es tu facilidad para hacer la crítica de una obra de arte. La verdad es que enriqueces mi visión
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Un beso Nélida
La Mirada Ausente · & · Cristal Rasgado
Hola Alfonso.
EliminarMuchas gracias, eres muy amable.
Me hace feliz saber que mi visión ha enriquecido (complementado) la tuya sobre esta obra y sobre este pintor que por lo que veo, nos gusta mucho a los dos.
Un placer verte por aquí y agradezco, como siempre, tu comentario y visita. Eso sí que enriquece la entrada.
Un beso.
Aquí me has dado, porque este pintor es una maravilla. Sus cuadros, como bien describes en tu entrada, dan lugar a múltiples y variadas interpretaciones, porque detrás de esa aparente sencillez se esconden muchas cosas, y es divertido ir sacandolas a la luz. En efecto, es una pena que no pintase más obras. El uso que hace de la luz es siempre exquisito, otorgando volumen a sus personajes.
ResponderEliminarHola Tawaki.
EliminarA ti también te lo parece? pues sí, realmente es una maravilla.
Sus cuadros tienen un sello particular, fácilmente identificable con su impronta. Y acompaña siempre esa sublime composición de texturas y luz.
Sí que es divertido, y muy interesante descubrir los detalles de la obra y la intencionalidad del autor. Así como las interpretaciones que de ella nacen. Me fascina.
Gracias por tu comentario.
Un beso.
Precioso. La luz aún siendo difusa,impregna y resalta el momento.
ResponderEliminarAbrazote
Hola Nélida.
EliminarLa luz aún siendo tan sutil y aparentemente tan secundaria, lo inunda todo y le aporta una parte importante a sus cuadros. Sin esa luz, los detalles no tendrían la misma fuerza, ni las expresiones la misma dulzura, entre otras cosas
Gracias por tu comentario.
Un abrazote para ti también.
Ha resultado edificante contemplar los detalles del cuadro a través de tus palabras, pasear la mirada por las líneas y trazos y dejarse seducir por las luces y las sombras para alejar,después, la vista, y observar el conjunto.
ResponderEliminarHola Una mirada....
EliminarHas descrito muy bien lo que yo misma hago al admirar una obra que me gusta tanto.
Me recreo en los detalles, mi mirada está atenta a cada trazo y pasea entre las pinceladas. Me dejo seducir por las luces, por los matices, por las expresiones y por todo lo que me transmite y me hace sentir. Es entonces cuando doy un paso atrás y miro la obra en su conjunto.
Impagable esa sensación.
Gracias por tu comentario, tan sugestivo para mi, como lo fue la obra.
Un beso!