Préstame tus ojos.
Si no te gusta que nadie te menosprecie ¿por qué lo haces tú?
A veces tendemos a quitarnos valía, nos tocan la autoestima y nos cuesta gestionar el sentimiento.
Somos capaces de ver el logro en los demás, enzalsar sus méritos, hasta anhelar sus sueños.
Pero ¿Y cuando se trata de nosotros?
Muchas veces somos las personas más tiranas del mundo, solo con nosotros mismos.
Ante la palabra en la boca, siempre sale la cualificación más baja y de menor rango.
La parte negativa hasta del mayor de los logros.
Las cosas están ahí, solo que no las sabemos ver, o empañamos la lente sin querer.
La grandeza, el honor y la valía de una persona.
Con un golpe de suerte, o gracia, en esos momentos convulsos, alguien (que nos conoce mucho y nos quiere idem) se acerca a nosotros y con voz calmada y tranquila, mirándonos a los ojos nos dice:
"Si tú vieras todo lo que veo yo".
Cuanto menos eso te hace pensar y reflexionar.
No somos un interruptor que a golpe de click pasemos de un estado al otro.
Oscilamos como el viento y en parte somos nuestras propias circunstancias.
¿Y si después de todo, paramos, respiramos, parpadeamos y volvemos a enfocar?
Bueno, la autoestima no siempre está al alza y, como seres humanos en permanante ebullición, cada cual se plantea si sus actuaciones están en consonancia con lo que puede dar o, peor, si son las que el entorno espera de él o ella.
ResponderEliminarNo te resulta curioso que la AUTOestima muchas veces la tambalee el resto? Contradictorio pero cierto el peso que damos a algunas cosas.
EliminarTocaste un punto interesante, dar demasiada importancia a cómo te ven y qué esperan de ti.
Tendemos a caer en ese error y el compararos solo nos leva a equivocarnos. Erramos y no vemos las cosas tal y como son.
Que no, que en todos lados cuecen habas. Y que la vida es corta para malgastarla.
Pero hay caminos que parecen estar hechas de las mismas piedras, con las que tropezamos más de una vez.
Luego entre piedra y piedra también está esa suerte o gracia que llamo. Y el aprendizaje.
Gracias por venir y dejarme tu opinión.
Un beso.
El desarrollo equilibrado de la autoestima es, sobre todo y como bien señalas, un aprendizaje que el entorno fomenta o anula. Es, pues, en ese entorno inmediato (familia, escuela) donde nace la capacidad de autovaloración.
EliminarPor muy personal que tracemos nuestro camino, los condicionantes de la niñez pueden ser pesados lastres o simples obstáculos con varias opciones para rodearlos.
El entorno y lo que uno "mama" desde pequeño, marca muchas de nuestras pautas adultas.
EliminarSe forja la personalidad y se moldean las cualidades y características que nos van diferenciando.
Hay una parte endógena en todo este y otra parte exógena.
A mi me parece que es un tema que da para mucho, es muy interesante y de viva importancia.
Gracias nuevamente por la aportación y por dejarme tus impresiones.
Como sabes, creo que la clave está en no perder de vista nunca la diferencia entre el ser y el estar. Los humanos atravesamos por infinidad de situaciones, incididas por contingencias de todo tipo, pero siempre seguimos siendo lo que somos.
ResponderEliminarHola Roberto.
EliminarLa clave es la teoría de todas las ciencias, porque sabida ésta una se siente más suelta para aceptar las demás.
Sabes que coincido contigo en tu particular teoría sobre el asunto pero también sabes que hay muchas más cosas a tener en cuenta. Cada persona es un mundo y cada uno se trabaja como sabe y puede, deseando obtener idénticos resultados al final.
Reflexiones mías, no más. De un tema que da para mucho.
Gracias por venir y dejarme tu comentario.
Un beso.
"Si tu vieras lo que yo veo".
ResponderEliminarHay momentos francos, directos, inesperados y convincentes.
Que dicen una eternidad.
¡Cómo no pedirte prestado tus ojos!
Una tentación.
Tan cierto! Creo que al final nos cuesta hacernos cargo tanto de lo malo como lo bueno.
EliminarPero amiga... pedile los ojos prestados, estoy segura que no se negará :)
Besos
Hola tocaya.
EliminarYo también lo creo, es una piedra con la que tropezamos bastante.
Hay personas que en ciertos momentos ven en ti, más de lo que tú mismo ves.
Ayyy cuánto nos queda por aprender. Siempre y no por momentos.
Un beso. Y gracias por tu comentario.
·.
ResponderEliminarPodemos llegar a ser muy crueles, casi sin darnos cuenta. Si supiéramos 'ponernos en los zapatos del otro' otro gallo nos cantaría.
Da gusto leerte.
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Un beso
La Mirada Ausente · & · Cristal Rasgado
Hola Alfonso.
EliminarEs fundamental ponerse en la piel del otro, para entender muchas cosas y respetar y amar.
Y también, no perder la visión de nosotros mismos pero con perspectiva, que no seamos tiranos con los demás pero tampoco con nosotros. Y si algo bueno tenemos, que otros ven, no taparlo a nuestros ojos.
Muchas gracias por remontarte hasta aquí y por tu comentario.
Un besote!!