Me parece una frase muy acerada, porque no valoramos la serenidad en lo que vale. La tenemos un poco apartada en la vida moderna, que lleva otro ritmo. Lo que ocurre es que la felicidad engloba más cosas, es más completa.
Me parece una frase muy acerada, porque no valoramos la serenidad en lo que vale. La tenemos un poco apartada en la vida moderna, que lleva otro ritmo. Lo que ocurre es que la felicidad engloba más cosas, es más completa.
Sin duda es muy valiosa, Tawaki. Y como bien apuntas, la tenemos un poco infravalorada en esta vida moderna que lleva otros ritmos. La felicidad engloba muchas más cosas, lo que sucede es que sin serenidad no somos capaces de verlas. Es más, yo diría incluso que hasta la propia felicidad no sabe que es feliz si no está serena. Muchas gracias por tu comentario. Un beso.
Borges es bastante peculiar y curioso. Uno de los grandes. Me alegro que te haya gustado, Nélida, y que te haya dejado pensando (ese ejercicio y la sensación de removernos el interior no tiene precio). Gracias por tu comentario. Un beso.
Muy de acuerdo con la cita. Existe un problema. Nunca encontramos el tiempo para buscar esa serenidad que nos conducirá a la felicidad. Bonita foto has escogido.
Hola Ñoco. Totalmente de acuerdo estoy yo también con la cita. A veces es falta de tiempo, no te quito la razón. Pero en ocasiones es como el pez que se muerde la cola; estamos tan nerviosos y fuera de eje que aún con tiempo no encontramos la serenidad para conducirnos a la felicidad. A veces hay que hacer eso precisamente, sentarse y respirar. El resto poco a poco puede que vuelva a su eje. Y con ello, todo lo demás; felicidad, serenidad.... La foto ya de por sí, invita a ello.Me alegro que te haya gustado. Y me alegro de verte por aquí, gracias por el comentario. Un beso.
" La palabra para rojo", de Jon McGregor, es un libro maravilloso. Me he enamorado de esta novela, que me ha hecho estar en el lugar en cada momento. Me ha tomado de la mano, y sin soltarme un solo segundo, me ha llevado a un viaje apasionante, tanto física como emocionalmente. Es un libro generoso y brillante. Soberbia la manera en que está narrado, las descripciones, todo lo que se ve, también lo que no se ve y ún así se sabe. Es una novela cercana, humana, sencilla en su complejidad, de esas lecturas que se quedan con uno para siempre. Espectacular la pluma de este escritor del que no había leído nada antes, es magistral la manera en que lleva a cabo la narración de esta historia. Me pareció que no puede ser más perfecta, no pude esperar más de ella porque me lo dio absolutamente todo, captó mi interés desde el primer párrafo hasta el último punto final. Novelas como ésta no abundan, por eso me he emocionado tanto y me he sentido una privilegiada por leerla. Los tres pro
Un año más, la fiesta de Los Indianos, vuelve a ser el plato fuerte del carnaval de la isla de La Palma. Y un año más me reafirmo en que no me gustan los carnavales, salvo Los Indianos en La Palma. Y es que aquello es otro mundo festivo, más alegre, menos chabacano, más distendido, y muuucho más bonito y divertido. Bajo mi punto de vista, claro. Cuestión de gustos... Es todo un reclamo para las miles de personas que viajan desde todos los puntos del archipiélago canario, en barco o avión. Todos pasean ataviados con la ropa de los Indianos, por las calles peatonales de la ciudad. Desde primera hora de la mañana del lunes de carnaval (este año el 12-02-0218) van calentando el ambiente con su alegría y bailando al son de la música cubana. Hasta las 13:30 , hora en que llega el personaje más emblemático de la fiesta de Los Indianos: la Negra Tomasa. Van a buscarla al muelle, justo dos calles más abajo. La Negra Tomasa es un personaje muy entrañable y simbol
He seguido el orden del libro y he comenzado con la novela "Ardiente Secreto". Stefan Szweig nos adentra en una historia psicológica a tres bandas. Nuestro protagonista es Edgar, un niño que viaja con su madre y donde aparece en escena un conquistador nato, el Barón. Está escrito con los ojos de un niño que no entiende muchas de las cosas que ve, escucha o se insinúa entre su madre y el Barón. Pero claramente está resentido porque éste último lo ha utilizado como trampolín para acercarse a su madre con propósitos que -a su entender- no son honestos. Es una novela de peripecias, de iras descontroladas de niñez e inmadurez. También es un libro de adultos con pasiones ardientes que se guardan en secreto con la eterna premisa del debate entre lo ético y correcto frente a lo incorrecto. Las escenas son muy fáciles de palpar, de sentir, el autor nos hace estar allí en primera persona, de manera magistral. El final, a la altura de los grandes. Un final feliz, según se mire, o un fi
Me parece una frase muy acerada, porque no valoramos la serenidad en lo que vale. La tenemos un poco apartada en la vida moderna, que lleva otro ritmo. Lo que ocurre es que la felicidad engloba más cosas, es más completa.
ResponderEliminarMe parece una frase muy acerada, porque no valoramos la serenidad en lo que vale. La tenemos un poco apartada en la vida moderna, que lleva otro ritmo. Lo que ocurre es que la felicidad engloba más cosas, es más completa.
ResponderEliminarSin duda es muy valiosa, Tawaki. Y como bien apuntas, la tenemos un poco infravalorada en esta vida moderna que lleva otros ritmos.
EliminarLa felicidad engloba muchas más cosas, lo que sucede es que sin serenidad no somos capaces de verlas. Es más, yo diría incluso que hasta la propia felicidad no sabe que es feliz si no está serena.
Muchas gracias por tu comentario.
Un beso.
Me encanta Borges y esta frase de él no la conocía. Me voy pensando :)
ResponderEliminarbesos
Borges es bastante peculiar y curioso. Uno de los grandes.
EliminarMe alegro que te haya gustado, Nélida, y que te haya dejado pensando (ese ejercicio y la sensación de removernos el interior no tiene precio).
Gracias por tu comentario.
Un beso.
Muy de acuerdo con la cita.
Existe un problema. Nunca encontramos el tiempo para buscar esa serenidad que nos conducirá a la felicidad.
Bonita foto has escogido.
un beso
· LMA · & · CR ·
Hola Ñoco.
EliminarTotalmente de acuerdo estoy yo también con la cita.
A veces es falta de tiempo, no te quito la razón. Pero en ocasiones es como el pez que se muerde la cola; estamos tan nerviosos y fuera de eje que aún con tiempo no encontramos la serenidad para conducirnos a la felicidad.
A veces hay que hacer eso precisamente, sentarse y respirar.
El resto poco a poco puede que vuelva a su eje. Y con ello, todo lo demás; felicidad, serenidad....
La foto ya de por sí, invita a ello.Me alegro que te haya gustado.
Y me alegro de verte por aquí, gracias por el comentario.
Un beso.