Hola Emilio. El dibujo es una mandala (del libro "El océano perdido"), yo tan solo la he coloreado. Los adjetivos no son por eso. Aunque es cierto que ante una mandala en blanco y negro al principio parece imposible hacer algo así, a medida que avanzas te va pareciendo más posible pero improbable, hasta que terminas y sabes que es inevitable tener ese resultado (si de algo me he dado cuenta es que no hay dos mandalas con igual resultado, cada persona tiene un marcado estilo a la hora de colorearlas). Pero realmente no tiene que ver la frase con la imagen, al menos como yo la veo. Me gustó como pensamiento pues me pareció interesante. Incluso como un mantra que haga de palanca de cambio y despegue para muchos de nuestros propósitos.
Como tan "solo" colorear una mandala dándole vida. Valor, qué gran virtud para quien la posea. Y un poquito de suerte también, ¿no crees? Siempre hay una parte que no podemos controlar, pero de la otra parte coincido contigo en que debemos encargarnos a conciencia, para que lo imposible pase por improbable y termine en inevitable. Querer hacerlo...¡¡y valor!! Un beso, gracias por venir.
He terminado de leerme "La particular memoria de Rosa Masur", de Vladimir Vertlib. Me ha parecido un libro maravilloso e impresionante. Dos días después de haberlo terminado me sigo preguntando cómo pueden caber tantas cosas dentro de un sólo libro, y es que recorre casi un siglo de la historia rusa, desde los zares a la era del terror político y la lucha de clases. A pesar de ser una lectura densa e intensa, a poco que te guste, logrará engancharte totalmente. Nos habla de la historia de una familia judía y sobre todo de una mujer (nuestra protagonista, Rosa Masur) que acaba de cumplir noventa años. Después de una vida entera que da para mucho, consigue por fin exiliarse en Alemania. Allí un importante mecenas intenta escribir un libro sobre la vida de los judíos que sobrevivieron a la URSS de entonces (una guerra mundial, una guerra civil, bolcheviques, Hitler, el imperio de los Zares, el Comunismo, la hambruna, el antisemitismo, etc). Tras una selección previa, Rosa Masur
He terminado de leerme la novela "Querido Miguel", de Natalia Ginzburg, y me ha encantado. Me siento feliz y afortunada de haber llegado hasta ella. Es un libro intimista, que al estar narrado de manera epistolar se convierte en más humano si cabe. Entrar en este libro es acariciar el alma de las personas que en él habitan. Es sumergirse en su mente, en su sentir. Es constatar en primera persona cómo respiran y cómo laten sus corazones. Me resulta increíble cómo la autora logra, de manera tan sublime, ahondar en el interior de los personajes y todo aquello que les rodea. La manera de mostrarnos ese mundo interior es tierna, amorosa, sincera, directa, sublime, transparente, clara, amable, atractiva, pero sobre todo muy cálida y hasta reconfortante. Existe una especie de catarsis en esta historia, donde las ausencias físicas se solapan a las emocionales, y donde hay cabida tanto para las letras infinitas como para los silencios más huecos. Me ha parecido una novela muy respet
" La palabra para rojo", de Jon McGregor, es un libro maravilloso. Me he enamorado de esta novela, que me ha hecho estar en el lugar en cada momento. Me ha tomado de la mano, y sin soltarme un solo segundo, me ha llevado a un viaje apasionante, tanto física como emocionalmente. Es un libro generoso y brillante. Soberbia la manera en que está narrado, las descripciones, todo lo que se ve, también lo que no se ve y ún así se sabe. Es una novela cercana, humana, sencilla en su complejidad, de esas lecturas que se quedan con uno para siempre. Espectacular la pluma de este escritor del que no había leído nada antes, es magistral la manera en que lleva a cabo la narración de esta historia. Me pareció que no puede ser más perfecta, no pude esperar más de ella porque me lo dio absolutamente todo, captó mi interés desde el primer párrafo hasta el último punto final. Novelas como ésta no abundan, por eso me he emocionado tanto y me he sentido una privilegiada por leerla. Los tres pro
Creo que el dibujo es tuyo, aunque parece un drawing sacado de algún remoto libro árabe.
ResponderEliminarDe ahí los tres adjetivos.
Besos
Hola Emilio.
EliminarEl dibujo es una mandala (del libro "El océano perdido"), yo tan solo la he coloreado.
Los adjetivos no son por eso. Aunque es cierto que ante una mandala en blanco y negro al principio parece imposible hacer algo así, a medida que avanzas te va pareciendo más posible pero improbable, hasta que terminas y sabes que es inevitable tener ese resultado (si de algo me he dado cuenta es que no hay dos mandalas con igual resultado, cada persona tiene un marcado estilo a la hora de colorearlas).
Pero realmente no tiene que ver la frase con la imagen, al menos como yo la veo. Me gustó como pensamiento pues me pareció interesante. Incluso como un mantra que haga de palanca de cambio y despegue para muchos de nuestros propósitos.
Muchas gracias por venir.
Un beso.
Para ello ¨sólo¨ hay que tener el valor de querer cumplirlos.
ResponderEliminarComo tan "solo" colorear una mandala dándole vida.
EliminarValor, qué gran virtud para quien la posea.
Y un poquito de suerte también, ¿no crees? Siempre hay una parte que no podemos controlar, pero de la otra parte coincido contigo en que debemos encargarnos a conciencia, para que lo imposible pase por improbable y termine en inevitable.
Querer hacerlo...¡¡y valor!!
Un beso, gracias por venir.