Juego-Reto.

Me gustan los trenes, aquí en la isla no hay. Por eso cuando viajo fuera y puedo, en especial cuando estoy en Madrid, pillo uno de cercanías y siempre disfruto del trayecto.

Me relajan.
Son románticos.
Sosegados y tranquilos.
Misteriosamente bucólicos.
Así lo siento yo.

Y sin embargo hay otra cara de las vías del tren, que me inspira tristeza y abandono. Supongo que fue esa cara la que ganó a la hora de aceptar un reto. Me propusieron escribir sobre una foto en la que se veían, desde una estación de tren, unos desgastados raíles y un descampado.
No suelo aceptar estos retos, pero esta vez me lo tomé como un juego y dije que si.
Había que ceñirse a un número determinado de palabras.

El resultado, éste:

LA ESPERA

"Me despierto sudando, la sensación de angustia hace que me cueste respirar.
Vuelve a pasar, la misma pesadilla; aquella tarde mamá estaba en el baño cuando sonó el teléfono, descolgó y pronunció aquel nombre, terminó llorando porque siempre que hablaba con él lo hacía.
Le pregunté si le dolía algo, me dijo que sólo había estornudado y por eso lagrimeaba, pero lo cierto es que yo no la escuché estornudar.
Me preparó la merienda, me vistió, alisó mi rubia melena y la recogió en una coleta. Después me besó la frente.
- Hoy conocerás a papá, viene en tren de ese viaje del que ya hemos hablado.

A media tarde llegamos a la estación, había mucha gente, el ruido de los trenes se mezclaba con el alboroto de pasajeros. Mami dobló un papel que puso en mi mano obligándome a cerrar el puño.

- Quédate aquí sentada, cielo, guarda bien la nota que tienes en la mano y no te acerques a las vías del tren, son muy peligrosas.

La seguí con la mirada durante un rato hasta que se mezcló con el bullicio y desapareció. Esa fue la última vez que vi a mi madre, a mi padre no llegué a conocerle.
Me mantuve inmóvil como ella me había dicho, mirando absorta las vías del tren, hasta que un señor vestido de azul con gorra se me acercó e hizo muchas preguntas, no contesté. El abrió el puño que con tanta fuerza yo mantenía cerrado y leyó la nota, con voz penosa me preguntó si me gustaba las sirenas y yo asentí.

- Las haré sonar para ti- me dijo- mientras subíamos al tren. Me llevó a casa de mi abuela.

Cuando despierto con la pesadilla llamando a mamá, mi abuela viene a tranquilizarme. En esos momentos yo le pregunto por mi madre, ella se enfada pero luego estira el ceño y me dice que duerma. Me besa y cuando cree que duermo,va por el pasillo entre sollozos murmurando algo sobre una tal lástima que no pensó más que en ella, entonces se acuerda de mamá y reza para que vuelva con nosotras".

Comentarios

  1. triste historia, es toda una recreación, a partir de una foto, únicamente. yo creo que has salido más que airosa del reto!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Raúl.
      Es toda una experiencia dejarte llevar por lo que una imagen te hace sentir.
      Gracias, amigo, por pensar que he salido airosa del reto!!!!

      Besossss.

      Eliminar
  2. Un poco triste para el primer día con algo de sol en las últimas semanas. Creo que me subiré a un tren… Enhorabuena por salir airosa del reto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El sol, la luz.... en lo opuesto a la tristeza.
      Bien por ti y por tu día soleado. Eso es para aprovecharlo y sé que lo has hecho, subiste a un tren!!!!! :-)

      Gracias por creer que salí airosa.
      Y por todo.

      Un beso.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Querido Miguel.

Los indianos

La particular memoria de Rosa Masur.