Prioridad solidaria y desinteresada.
A veces nos perdemos en un mar de problemas,y escuchamos a diario no muy lejos de nuestro entorno, gente con trabajo que se agobia por llegar apurado a algún final de mes.
La misma gente que sin sobrarles el dinero, se debaten entre tener un coche de tal marca, o tener una segunda casa para los fines de semana, o poder viajar todos los años a todo lujo, o comer en restaurantes todos los días, o comprarse ropa de su marca favorita, etc.....
Y los sueños, sueños son. Si alguien se lo puede permitir ¡Chapeau!
Pero como todo en la vida, depende del color con que se mire, y de los cristales con que se haga.
Los cristales de László Andraschek, son muy pobres y sus miras muy cortas. El es un húngaro de 55 años , indigente hasta hace poco. Vivía en un centro de acogida de Budapest, cuando un día, con las últimas monedas que había conseguido, decidió comprar un número de lotería.................. y ganó 2 millones de euros.
¿Qué haría la mayoría de la gente que conocemos, en esa situación?
¿Y él qué hizo?
- Se compró; una casa y un coche. Y un billete de avión para ver a su hermana que vive en Canadá y no ha visto desde hace tanto tiempo.
- Con el resto; Ayudó económicamente a sus hermanos. También ayudó al centro que le había dado cobijo durante tantos años. Donó una cantidad importante a una ONG y ahora está preparando una fundación para ayudar a la gente sin recursos.
Todo es tan relativo en este mundo.
No existe el poco, o el mucho. Sólo existe gente que da lo que tiene, y otra que regala lo que les sobra o no utiliza.
Alguien que ha pasado por lo que Lásloz Andraschek, tiene heridas marcadas. Se pierden muchas cosas cuando no se tiene dinero y se llega al extremo que él vivió. La pena, engulle al orgullo y a la dignidad.
Se me antoja que para él desde su posición actual, poder ayudar a quienes han pasado por lo mismo, le supone una satisfacción enorme además de su prioridad. Una satisfacción que ni el temblor inicial de saberse ganador del premio de lotería más grande del mundo, puede comparársele.
La misma gente que sin sobrarles el dinero, se debaten entre tener un coche de tal marca, o tener una segunda casa para los fines de semana, o poder viajar todos los años a todo lujo, o comer en restaurantes todos los días, o comprarse ropa de su marca favorita, etc.....
Y los sueños, sueños son. Si alguien se lo puede permitir ¡Chapeau!
Pero como todo en la vida, depende del color con que se mire, y de los cristales con que se haga.
Los cristales de László Andraschek, son muy pobres y sus miras muy cortas. El es un húngaro de 55 años , indigente hasta hace poco. Vivía en un centro de acogida de Budapest, cuando un día, con las últimas monedas que había conseguido, decidió comprar un número de lotería.................. y ganó 2 millones de euros.
¿Qué haría la mayoría de la gente que conocemos, en esa situación?
¿Y él qué hizo?
- Se compró; una casa y un coche. Y un billete de avión para ver a su hermana que vive en Canadá y no ha visto desde hace tanto tiempo.
- Con el resto; Ayudó económicamente a sus hermanos. También ayudó al centro que le había dado cobijo durante tantos años. Donó una cantidad importante a una ONG y ahora está preparando una fundación para ayudar a la gente sin recursos.
Todo es tan relativo en este mundo.
No existe el poco, o el mucho. Sólo existe gente que da lo que tiene, y otra que regala lo que les sobra o no utiliza.
Alguien que ha pasado por lo que Lásloz Andraschek, tiene heridas marcadas. Se pierden muchas cosas cuando no se tiene dinero y se llega al extremo que él vivió. La pena, engulle al orgullo y a la dignidad.
Se me antoja que para él desde su posición actual, poder ayudar a quienes han pasado por lo mismo, le supone una satisfacción enorme además de su prioridad. Una satisfacción que ni el temblor inicial de saberse ganador del premio de lotería más grande del mundo, puede comparársele.
es la gente más humilde, la que más penurias pasa, la que más comparte, verdad? es paradójico. me alegra que la lotería toque al que realmente la necesita, y que se haga tan buen uso del premio, además :)
ResponderEliminarYo también me alegro, Raúl.
EliminarSin duda, un claro ejemplo de generosidad y una lección al mundo entero de compartir y ayudar al que lo necesita.
Besooo.
que enseñanza de vida!, a veces es muy duro entender cómo suceden las cosas en la vida, pero creo que lo que hace la diferencia es la fortaleza de espíritu como el del jóven que narras, esa misma fortaleza que no nace de la noche a la mñana si no que se forjó en la pena, en la auteridad pero fue tan profunda que al momento de tener dinero no se volvió loquito y supo que hacer.
ResponderEliminarHola Lety.
EliminarEs duro entender muchas cosas y más duro, pasar por ellas.
A mi me produce admiración este señor, me alegro mucho por su cambio de fortuna y sonrío por el bien que ha hecho y por lo feliz de su corazón.
Un abrazo grande, amiga.
A quien menos valoramos, incluso ignoramos desde nuestra prepotencia, son los que nos dan mayor lección de la vida.
ResponderEliminarSin duda alguna, Marcos.
EliminarEsta gente, que suele pasar desapercibida a ojos de mucho, son las que encierran gran valor en su interior y gran generosidad al compartir.
Un abrazo, Marcos.
No conocía la noticia, es cierto la gente más humilde y la que menos tiene suele ser la que mayor ejemplo nos da.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Jubi.
EliminarPues si, una vez más, se cumple la regla.
A veces el que más tiene, más mira su ombligo y la manera en seguir inflándolo.
Pocos de ellos miran para ese otro lado, el del necesitado. No gusta, es más fácil ignorarlo que sentirlo.
Un abrazo.
Algunas personas disfrutan ayudando a los demás. Otras no. Hay gente que no comparte ni lo que les sobra.
ResponderEliminarYo creo que hay que ayudar al que lo necesita, pero sin que este se aproveche. Porque el mayor problema no es que haya mendigos, siendo éste un tema gravísimo. Lo peor es que haya tanta gente viviendo de ayudas, robos y subvenciones que no les corresponden. Esos también roban, puesto que se quedan con lo que no es suyo. Gente con yates hay poca y muchos han conseguido el barco con su esfuerzo, pero el otro grupo es inmenso y nadie les critica.
Me parece encomiable lo que hizo este hombre y me resulta imposible entender bien lo que pudo pasar. A veces la suerte sonríe a los que más pueden hacer por los demás.
Hola Tawaki.
ResponderEliminarSin duda tienes razón, en esta sociedad hay muchos bandos criticables. Y darían para muchos post y comentarios y charlas e intercambio de impresiones....
Claro que como persona y observadora que soy, me fijo en las cosas, me intereso, las analizo y opino.
Este hombre al que la suerte le brindó una oportunidad, ha sabido aprovecharla de la manera más humilde y generosa que haya visto antes.
Esas cosas me sirven de ejemplo.
Son dignas de admiración.
Un abrazo grande.
Y gracias!!