Resuena en mi cabeza, como un eco, el estribillo de la canción del gran Pancho Céspedes "Qué hago contigo, amor, qué hago contigo....". Y entonces me descubro con el libro ya leído, terminado y disfrutado. Qué hago yo ahora, qué digo yo ahora contigo lectura especial que me has acariciado el alma. Y lo has hecho sin prisas, sin miedo, casi sin percibirlo, me llevaste hasta esta "vida en miniatura" para hacerla mía. Porque no hace falta tener similitudes con el personaje para sentarse uno frente al otro, en un tête à tête y escuchar, como yo he hecho con Dorothea, su protagonista. Un largo té de sobremesa, distendido, donde el libro me ha mirado a los ojos y yo le he mantenido la mirada, escuchando atentamente todo lo que en él acontecía. Aún con la taza humeante en la mano, te miro a los ojos y te sonrío ligeramente dejando el protagonismo a lo que mi mirada te dice, te expresa pero sobre todo te agradece. Me has gustado muchísimo. Qué hago contigo si no has de
Yo diría que si vivir es algo es, precisamente, hacer aquello que deseamos pero que tememos hacer. La vida se sublima cuando rompemos las ataduras que nosotros mismos nos ponemos.
ResponderEliminarExcelente cita, Neli. Excelente, de verdad.
Verás, Emilio, cuando era muy pequeña leí una frase que se me grabó para siempre, aunque por aquel entonces no la supe interpretar como ahora a pesar de su sencillez.
ResponderEliminarY decía algo así "por fin podrás ser feliz cuando decidas hacer algo que deseabas pero no te atrevías."
Qué grande tu reflexión.
Gracias.