Contraposición.
Se vio superada por todo, sintió que se descontrolaba y ninguna pieza del puzzle encajaba.
Se frustró, anidó en ella el desánimo y la apatía.
Todo se volvía negativo, hasta los pensamientos.
Y cuando menos lo esperaba y más lo necesitaba llegó su mano amiga.
Su apoyo, la escuchó y le dio buenos consejos.
Supo estar ahí, sin mirar el reloj, y con su paciencia deshizo la negatividad.
Ella lloró, y las lágrimas limpiaron poco a poco el desánimo.
Sintió nuevamente el camino del control.
El de la tranquilidad.
La caricia que llega en el momento preciso.
El ánimo que se necesita para continuar avanzando.
Aquellos ojos le hablaron una vez más y sintió el candor de su tono y la luz de su color.
Quiso dejar la mente en blanco, serenándose. Se sintió más fuerte.
Piezas blancas y negras. Estados de ánimo contrapuestos. Problemas y alegrías.
Todas juegan en el mismo tablero de la vida, a veces por suerte, otras por el destino y otras por la experiencia y el día a día, unas ganan y otras pierden.
Se frustró, anidó en ella el desánimo y la apatía.
Todo se volvía negativo, hasta los pensamientos.
Y cuando menos lo esperaba y más lo necesitaba llegó su mano amiga.
Su apoyo, la escuchó y le dio buenos consejos.
Supo estar ahí, sin mirar el reloj, y con su paciencia deshizo la negatividad.
Ella lloró, y las lágrimas limpiaron poco a poco el desánimo.
Sintió nuevamente el camino del control.
El de la tranquilidad.
La caricia que llega en el momento preciso.
El ánimo que se necesita para continuar avanzando.
Aquellos ojos le hablaron una vez más y sintió el candor de su tono y la luz de su color.
Quiso dejar la mente en blanco, serenándose. Se sintió más fuerte.
Piezas blancas y negras. Estados de ánimo contrapuestos. Problemas y alegrías.
Todas juegan en el mismo tablero de la vida, a veces por suerte, otras por el destino y otras por la experiencia y el día a día, unas ganan y otras pierden.
Genial Neli. Un escrito tuyo más que me encanta. Me encanta como sabes escribir las páginas más difíciles de escribir del diario de nuestras vidas.
ResponderEliminarSolo añadiría que hay dos medicinas que siempre están a nuestro alcance, pero que nos negamos a tomar: la medicina de la paciencia y la medicina de la confianza.
La vida siempre llega con un ramo de rosas, pero unas veces nos quedamos en el tallo y sus espinas, mientras en otras ocasiones acertamos en disfrutar de la flor.
Un abrazo muy fuerte. Y no dejes de deleitarnos con estas perlas.
Gracias a ti, Emilio.
ResponderEliminarPorque tus palabras siempre apoyan y complementan.
Porque sabes mirar con buenos ojos y siempre aspiras a ver más allá de lo aparente y superfluo.
Paciencia.
Confianza.
De esas medicinas quiero yo también, para reserva en casos críticos :-)
Gracias de nuevo por este comentario, ha sido como un regalo para mi.
Besos.