" La palabra para rojo", de Jon McGregor, es un libro maravilloso. Me he enamorado de esta novela, que me ha hecho estar en el lugar en cada momento. Me ha tomado de la mano, y sin soltarme un solo segundo, me ha llevado a un viaje apasionante, tanto física como emocionalmente. Es un libro generoso y brillante. Soberbia la manera en que está narrado, las descripciones, todo lo que se ve, también lo que no se ve y ún así se sabe. Es una novela cercana, humana, sencilla en su complejidad, de esas lecturas que se quedan con uno para siempre. Espectacular la pluma de este escritor del que no había leído nada antes, es magistral la manera en que lleva a cabo la narración de esta historia. Me pareció que no puede ser más perfecta, no pude esperar más de ella porque me lo dio absolutamente todo, captó mi interés desde el primer párrafo hasta el último punto final. Novelas como ésta no abundan, por eso me he emocionado tanto y me he sentido una privilegiada por leerla. Los tres pro
¡Cuánta sabiduría en estas palabras!!! Uffffff!!!
ResponderEliminarEste mundo es un mundo de guerreros: una constante lucha en la que nunca te quitas el peto ni dejas muy lejos la espada... Es una vida de conquista en la que lo importante es no jugar con la sangre propia o ajena.
Creo que hasta se acostumbra una. ¡Hasta echamos de menos ese continuo guerrear cuando la vida nos va dejando a un lado! Curioso...
Por cierto: tu cabeza no se detiene... Yo diría que es muy guerrera... :)
¿Verdad que si, Emilio? ¡¡¡Cuanta sabiduría!!!
EliminarSi te fijas, casi todo el mundo se puede ver reflejada en esta charla, en esas esperas.
¿Cuántas veces no hemos creído que la felicidad estaba detrás de que consiguiéramos esto o aquello? Y al llegar a esa meta, dices, ¿ya está?
Y es que la felicidad está aquí y ahora.
Me gustó el vídeo porque es muy sencillo pero contundente, a mi me llegó lejos, pero no como una bofetada vergonzosa sino como una caricia en el alma.
Espero que nuestras mentes nunca dejen de guerrear (si, la mía lo es, la tuya se que también).
Y también espero que no olvidemos la importancia de la felicidad y el valor de las esperas (pero el justito, eh? :-) )
Un abrazo.