Orbital.
Hoy hace justo una semana que me compré este libro. Días atrás había escuchado una única mención al libro, lo que bastó para germinar la ilusión de querer leerlo. Luego vino la visita a la librería, de ahí a casa, luego pasó por mis manos hasta finalizar en mi corazón.
No puedo decir qué me enamoró de él, sin decir cómo soy yo, o cómo me sentí identificada con sus páginas, no por lo que contenían sino por las lecciones que iban acompañando a modo de recordatorios y reflexiones.
Recordatorios que traían luz, reconfortaban, y que abrían los ojos y la mente. Justo estas dos últimas cosas, es lo que con más intensidad sentí cuando habité sus páginas.
El libro es muy interesante, incluso para alguien que no es versada en la materia, incluso a quien -como yo-no atraía mucho el tema. Pero sí para quienes (me incluyo) les interese dos cosas: aprender más del Universo, de los astronautas, su formación, las experiencias de quienes han orbitado fuera de la Tierra, etc.
Y en segundo lugar, personas sensibles que acaricien cada palabra, cada pensamiento, cada experiencia y que las hagan suyas. Que vean más allá de lo evidente y que les encante departir y reflexionar, con cultura, educación, respeto y mucha complicidad.
La prosa es exquisita, el nivel de narración es maravilloso, pero por encima de todo ello yo destaco esa manera de llegarnos al alma, a los sentimientos más íntimos que tenemos, y quedarse ahí acoplados, acariciando nuestro sentir. Es increíble todo lo que sucede ahí fuera, y es increíble cómo las personas son capaces de sobrevivir en un lugar extraño, desconocido, y muy lejos de todo lo que les rodea.
Cambian su zona de confort y cada una de ellas tiene su particular historia, con sus luces y sombras.
Todos (o algunos) soñaron con ir al Espacio algún día.
En algún momento de sus vidas esa idea anidó en ellos, hasta que tantos años después se hiciera realidad.
Me he enamorado de este libro, de todo lo que me enseñó y me hizo sentir. No somos nada, comparado con lo que es el Universo. "Orbitamos" por la vida pensando que somos únicos, que nuestros problemas son los peores, y que nuestros sufrimientos son un todo absoluto. Pero a veces hay que mirar las cosas con perspectiva y relativizar, o leer libros como éste, para que nos recuerde que somos una ínfima partícula en este planeta Tierra. Y fuera de este Planeta, más ínfimos todavía.
Que no somos tan importantes, que no merece la pena alcanzar metas si con ello no respetas tu forma de ser, tu autenticidad, esa parcela que nos hace únicos y especiales, maravillosos cada uno a nuestra manera aún cuando la balanza no cae siempre del mismo lado.
Que no somos el ombligo del mundo, que nuestros puntos más oscuros son tan insignificantes comparados con todo lo que hay en el Mundo, en la Tierra, en el Universo....Relativisar, es sólo una de las lecciones que nos deja este libro, pero hay muchas más esperando a que el lector las encuentre y las abrace.
¡Cuánto me ha gustado este libro!
Y yo, que me declaro una acérrima enemiga de subrayar libros (con lápiz, bolígrafos, fluorescentes, etc), me he hecho con unos marcadores que no dañan el libro.
Sí, confieso que soy de las que levantan la pila de libros, para coger el que esté más abajo (el más nuevo, el menos manoseado), amo los libros y el placer de estrenarlos es algo muy especial. Tanto, como después cuidarlos y mimarlos.
Encargué unos marcadores adhesivos de líneas finas para subrayar algunas líneas (sin estropear el libro), y mientras me llegan, he cogido unos que tenía en casa. Se puede apreciar en la foto.
¡¡No podía parar de leer!!
¡¡Y no podía dejar de enmarcar aquí y allá!! Ha sido todo tan apasionante, tan interesante, tan reconfortante, tan aleccionador, que podría decir mil cosas de este libro, pero mejor recurro a una de mis descripciones favoritas que leí hace tiempo y me gustó mucho: "Podría decirte tantas cosas, pero si te fijas en la forma en la que te miro, ya deberías saberlo todo".
Samantha Harvey (Kent, 1975), estudió Filosofía en la Universidad de York y en la Universidad de Sheffield, y completó su formación con un máster en Escritura Creativa y un doctorado en la Universidad de Bath Spa, donde actualmente ejerce como profesora. Es autora de las novelas "The wilderness" (galardonada con el Premio Betty Trask y el Premio Literature en 2009), también escribió "All is Song, Dear Thief" y "The Western Wind" (Permio Staunch Book 2019), además del ensayo autobiográfico "Un malestar indefinido", un relato lúcido y sobrecogedor sobre su relación con el insomnio en el que Harvey despliega, además, toda una prospección de la condición humana con una lectura que provoca angustia y compasión, pero también transmite una vitalidad delicada y admirable. Ejerce también como crítica literaria en The Guardian y The New York Times, además de colaborar con diferentes publicaciones. Orbital, su novela más reciente, ha sido galardonada con el Premio Booker, además de preseleccionada para el Premio Orwell de Ficción Política, así como Finalista del Ursula K. Le Guin de Ficción.
Sinopsis: Un grupo de seis astronautas lleva a cabo una misión rutinaria en la Estación Espacial Internacional, en la órbita terrestre baja. La de Pietro, italiano, es monitorizar los microbios presentes en la nave. Chie, la tripulante japonesa, cultiva cristales de proteínas y, al igual que sus compañeros, es objeto de estudio del impacto de la microgravedad en el funcionamiento neuronal. Shaun, el americano del grupo, observa qué les ocurre a las raíces de las plantas ante la falta de luz y gravedad para saber cuándo y cómo poder cultivarlas. Nell, de Reino Unido, recoge los datos que le proporcionan sus cuarenta ratones acerca del desgaste muscular en el espacio. Roman, y Anton, que ocupan el módulo ruso, están encargados del mantenimiento del generador de oxígeno. Todos deben informar sobre sus cefaleas; todos se acercan en algún momento a las ventanas de observación y fotografían los lugares que les han sido asignados; todos cambian los detectores de humo, limpian el baño y la cocina, arreglan el inodoro. Y luchan contra la disipación de sus cuerpos para no volver a casa con los huesos frágiles y débiles como corderos. Cada uno de ellos pasará en la estación seis meses, mas de ciento ochenta días en los que darán unas dieciséis vueltas diarias a la Tierra. En las más de cuatro mil horas que vivirán en el espacio reflexionarán acerca de qué los ha llevado a ser astronautas y hasta qué punto lo que están viviendo ahora se parece a lo que habían imaginado entonces. Orbital es un viaje a los límites de nuestras certezas, un relato sobre el vértigo que produce la confrontación con un vacío cósmico y una transformación existencial: íntima, pero también de un alcance universal, el que nos habla de lo que somos y creemos ser como especie. Una novela con momentos de puro éxtasis contemplativo, capaz de expandir, gracias a una exquisita elección de las imágenes y las palabras, nuestra percepción de lo que la literatura puede llegar a hacer perceptible.
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