Cada noche a las nueve.

Este fin de semana me he leído la novela "Cada noche a las nueve", de Julian Gloag, y me ha encantado. 

Es un libro que te atrapa, me vi sumergida en él con sumo interés y -a cada momento- sentía ganas de continuar y no parar de leerlo hasta el final. ¡No podía soltarlo!, aunque me lo propuse y lo conseguí.
Es decir, lo he leído con calma y con pausas, saboreando cada página, porque sinceramente hacía tiempo que no encontraba un libro de estas características, con tanta fuerza narrativa en la temática elegida.

Desde una prosa inteligente que sabe dosificar los acontecimientos, se suceden muchísimas situaciones, en todos los sentidos. Es una lectura tierna y emotiva, conmovedora, completa, inmensa, con unos personajes sublimes y con una exquisita manera de relatar todo cuanto acontece Es increíble lo que me hizo sentir esta lectura, todos los sentimientos que me provocó y todas las emociones que me embargaron mientras me deleitaba con ella.

Me quedo con la particular manera en que visualicé cada una de las escenas, y a cada uno de los siete hermanos. En mi cabeza está la historia compacta, en mi imaginación cada personaje lo he desarrollado con un nivel de minuciosidad y detalles, que me niego a que algo (o alguien) lo modifique. 
También me quedo con la dulzura que desprende esta novela, junto a la generosidad de su autor para dotarla de tanta personalidad, matices y aristas.
Y es que podía sentir sus emociones, como si fueran propias, a pesar de la lejanía.
Podía entenderlos, podía escuchar el latido de sus corazones y acariciar cada uno de sus pensamientos, actos y formas de proceder.

Sí, estoy emocionada y maravillada con esta novela. Ni quito, ni pongo nada.
Feliz de habérmela traído conmigo el viernes pasado, cuando visité mi librería de cabecera. Nadie me la había recomendado, ni había oído hablar de ella antes, así que puedo afirmar que ha sido todo un flechazo: De un lado: la portada, la sinopsis, la editorial, el autor, etc...........y del otro lado: YO.

Julian Gloag, nació en Londres en 1930. Tras graduarse en el Magdalene College de Cambridge, pasó varios años en Nueva York trabajando como editor, y luego se trasladó a Francia. En 1963 publicó su primera novela "Cada noche a las nueve", que fue adaptada para la gran pantalla por Jack Clayton y protagonizada por Dick Bogarde. Gloag se convirtió en escritor a tiempo completo en 1966 tras el éxito de su novela "Sentencia de vida". Alternó su lugar de residencia entre Inglaterra y Francia, país en el que sigue gozando de gran popularidad. En 1978 se vio involucrado en una destacada polémica con el escritor Ian McEwan porque una novela de este último ("Jardín de cemento") mostraba numerosas similitudes con "Cada noche a las nueve". Años después, Gloag escribiría la novela "Objetos perdidos" (1981), en la que un joven profesor de escuela lee la nueva novela de un escritor que acaba de ganar numerosos galardones y descubre que es la misma novela que publicó él años atrás, en su juventud. Julian Gloag falleció en 2023, en Provins, Francia, a los 93 años. 

Sinopsis: En el número 38 de Ipswich Terrace, un reloj de bolsillo cae al suelo marcando las 5:58, hora en que muere Madre y en que los siete hermanos Hook se convierten en huérfanos. Sin más familia a la que acudir, sin amigos, los niños Hook, temerosos de que los separen y los envíen a un orfanato, deciden enterrar el cuerpo de su madre en el jardín y empiezan a llevar una vida en apariencia normal: van a clase, hacen la compra, cobran los cheques del banco y, por supuesto, rezan a Madre cada noche a las nueve. Pero esta rutina se ve alterada con la llegada a sus vidas de un extraño que afirma ser su padre. ¿Es de verdad este hombre quien dice ser o se trata de un simple oportunista? Y de ser así......., ¿qué otros secretos les ocultaría Madre?. Cada noche a las nueve, es una joya recuperada de la literatura de suspense que da una vuelta de tuerca al clásico gótico familiar, combinándolo con un hálito de drama visceral que emocionó a toda una generación de lectores.

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