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Mostrando entradas de mayo, 2018

Isla de contrastes.

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El Hierro, es la isla más occidental y meridional de todo el archipiélago Canario. Ideal para una escapada, para desconectar y recargar pilas. Es la isla de los micro climas por excelencia. De naturaleza abrupta, indómita y salvaje. Una romántica y bucólica tierra de brumas. En cualquier momento, cuando menos lo esperas, envuelve el paisaje y te envuelve a ti. El Sabinar de La Dehesa es un paraje de obligada visita. Rodeado de Sabinas, estos peculiares árboles doblados por el viento que representan una naturaleza viva y auténtica. De profundas raíces, que crecen incluso en sustratos rocosos. Sus increíbles formas parecen sacadas del mejor cuadro surrealista. El Roque de Bonanza, en Las Playas, es otro Espacio Protegido y muy recomendable. Una formación volcánica emerge de las profundidades marinas, imponiéndose en tamaño y forma. Conserva bajo ella, una importante vida marina de flora y fauna. Desde los muchos Miradores de la isla, puedes deleitarte con sus enorm

Los que no se ven, pero se sienten.

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Qué gran verdad esa, de que un libro te lleva a viajar lejos. Nada más y nada menos que a Islandia, me he ido. De la mano de Xavier Moret y su libro "La isla secreta: un recorrido por Islandia". Aprendí muchas cosas nuevas: su interesante historia, sus increíbles leyendas, la manera de vivir de los lugareños, las costumbres, sus Sagas.... Recorrí lugares de ensueño en medio desiertos de lava y piezas de iceberg. Bordeé caminos de montañas, ríos y cascadas. Sentí una calma de abrigo, como si también "los que no se ven" te dieran la bienvenida. Y el paisaje ante mis ojos, me dejaba sin aliento.  Descubrí que es Islandia una joven tierra, latiendo al margen de los ritmos ajenos y fiel a los suyos propios. De naturaleza tan auténtica como sorprendente e imprevisible. Tanto de geíseres expulsando de sus entrañas, agua y vapor. Como de piscinas geotermales, ricas en sales, minerales y sílica. Algunas además, con algas azules que le confieren la

Día a día.

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"En tu corazón, conserva un lugar sereno y secreto,  donde los sueños puedan refugiarse y crecer." (L. Driscoll.) (Foto: propia)

Fantasía en Waitomo

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Quien me indicó la existencia de un lugar en Nueva Zelanda que podría enamorarme, parece que me conoce muy bien. Tras unas pinceladas, quise saber más y busqué en la red. Quedé maravillada del lugar, pareciera que en ese rincón del Planeta habitan las Hadas de los cuentos, o que todo está sacado del más habilidoso pintor. Se trata de las Cuevas de Waitomo, y durante la noche se tornan mágicas. Habitan en ellas millones de larvas luminosas (parientes de las luciérnagas) que tienen la capacidad de brillar en la oscuridad.  Emiten una fuerte carga lumínica como alerta ante los depredadores, y al mismo tiempo para atraer a sus presas. Cuanto más hambrientas están, la luz se hace más fuerte. La naturaleza es sabia y no es casualidad que tantos insectos se congreguen aquí, sino que el origen de las propias cuevas fue propicio para ello. Las rocas se expusieron al aire, se separaron y se agrietaron, permitiendo el flujo de agua y disolvió las calizas durante millones de añ

Lava, picón, sal, y Mar.

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Serpentea el camino de tus entrañas. Desde lo alto, lenguas de lava marcan el sendero que llevan al final, hacia ti. Silencio. Paz. Libertad. Calma. Cruje el picón bajo mis pisadas. Anuncia que tienes compañía. Que alguien más mirará, junto a ti, el infinito horizonte salado. Quedamos unidos por el mismo sentimiento y nos dejamos llevar por ese constante rugir del mar. El arrullo de las olas acaricia tu piel. Salpica gotas de sal y vida, a la mía. Naciste recio y solitario, de duro propósito. Pero cuán blando, cálido y confortable es tu corazón. La luz que das, la conservas toda en tu interior, como fuente inagotable. Por eso también, cuando estoy dentro de ti, me cuesta tanto salir.  Mis emociones se anclan a las tuyas y saboreo cada palmo de tu océano, cada milímetro de la vida que te habita. Las gaviotas se escuchan a lo lejos. El mar, acompasa el ritmo de mis latidos. Escucho el chapoteo de los peces y el sonido de una barca que se aproxima. Oigo un delfín