Hombre caído.
Después de dos lecturas infructuosas (que no abandonos absolutos, pues volveré a ellos en otra ocasión, cuando sea el momento adecuado), llegué hasta este libro que he terminado de leerme. Me gusta el género de los cuentos, y me gusta este autor (salvo algún libro puntual que no me gustó), así que enseguida supe que quería leer esta nueva obra recién publicada. Y con ese entusiasmo me adentré en su lectura, donde pude disfrutar de unos cuentos muy variados. Por un lado me atrajo mucho que no fuera monotemático, fue sencillo abandonar uno y empezar el siguiente. En ese sentido la lectura es muy inteligente ya que te lleva de un lado a otro, sin que pierdas el interés entre un cuento y el siguiente. Son cuentos relativamente cortos, por lo que la lectura de este libro es muy ágil y amena. Sin embargo, no en todos sentí ese sello personal del autor, y en algunos no hallé ese humor del que habla la sinopsis. A pesar de todo ello, la lectura se decanta -claramente- hacia el lado...
a quien se le ocurrió la presentación de este escaparate le picó la pulga, desde luego, una idea muy original!
ResponderEliminarEso pienso yo también.
EliminarLa pulga se acomodó y bien.
Un beso, Raúl.
P.D: La foto es de un escaparate de Zurich capital. El precio no lo vi......pero me hago una idea.
Es que hay cabezas muy duras, impermeables a cualquier idea.
ResponderEliminarSi, hay cabezas que no tienen solución ni remedio. Totalmente impermeables.
EliminarEl escaparate donde fue tomada la foto, estaba muy cerca de donde te encuentras tú ahora, en Zurich.
Un abrazo, Tawaki.
Como enciendan todos los focos a la vez, van achicharrar el bolso y los zapatos y luego se tendrán que rascar el bolsillo para reponerlos.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Jubi.
EliminarPara mi, que cada artículo de esa tienda tiene un seguro privado, a prueba de robos o de pulgas que dejan esas ideas escaparatistas.
Un abrazo para ti.