Ardiente Secreto.
Stefan Szweig nos adentra en una historia psicológica a tres bandas. Nuestro protagonista es Edgar, un niño que viaja con su madre y donde aparece en escena un conquistador nato, el Barón.
Está escrito con los ojos de un niño que no entiende muchas de las cosas que ve, escucha o se insinúa entre su madre y el Barón. Pero claramente está resentido porque éste último lo ha utilizado como trampolín para acercarse a su madre con propósitos que -a su entender- no son honestos.
Es una novela de peripecias, de iras descontroladas de niñez e inmadurez. También es un libro de adultos con pasiones ardientes que se guardan en secreto con la eterna premisa del debate entre lo ético y correcto frente a lo incorrecto. Las escenas son muy fáciles de palpar, de sentir, el autor nos hace estar allí en primera persona, de manera magistral.
El final, a la altura de los grandes. Un final feliz, según se mire, o un final oscuro según se interprete. Yo entendí que era la primera opción, pero una sonrisa nació en la comisura de mis labios pensando en la segunda opción y cómo el gran Zweig habría disfrutado con esa doble intencionalidad-camaradería hacia el lector. Una lectura bravísima, me ha encantado. Especialmente la delicadeza en la descripción de los sentimientos y la elegancia de su prosa.
Stefan Zweig es un autor que me gusta muchísimo y del que ya hablé aquí .
Sinopsis: Se encontraba en esa edad decisiva en la que una mujer empieza a lamentar el hecho de haberse mantenido fiel a su marido al que al fin y al cabo nunca ha querido, y en la que el purpúreo crepúsculo de su belleza le concede una última y apremiante elección entre lo material y lo femenino. La vida, a la que hace tiempo parece que se le han dado ya todas las respuestas, se convierte una vez más en pregunta, por última vez tiembla la mágica aguja del deseo, oscilando entre la esperanza de una expectación erótica y la resignación definitiva. Una mujer tiene entonces que decidir entre vivir su propio destino o el de sus hijos, entre comportarse como una mujer o como una madre. Y el barón, perspicaz en esas cuestiones, creyó notar en ella aquella peligrosa vacilación entre la pasión de vivir y el sacrificio.
(Me paso mañana que, mientras estaba en tu casa, me ha surgido un compromiso ineludible. Buenas noches.)
ResponderEliminarGracias, Una mirada :-))))
EliminarTres veces me ha costado entrar😠...Hay días que no se que pasa.
ResponderEliminarMe gusta eso de que parezca que estamos allí, creo que sentimos mejor lo que estamos leyendo.
Lo apunto la lista sigue engordando. Gracias sempre por tan buenas reseñas.
Espero que estéis bien
Buena noche Nélida.
Un abrazo.
Caramba! Siento mucho los problemas que te ha generado entrar aquí, no era consciente de ello. Tampoco, todo sea dicho de paso, no sabría cómo solucionarlo.
EliminarGracias por insistir, Laura.
Me alegra leerte decir que vas a anotarte esta lectura. Merece mucho la pena, es corta pero tan brillante y perfecta, que seguro no te arrepentirás de haberla elegido. ¡¡Todo lo contrario!!
Estamos bien, amiga. Yo también espero que ustedes estén bien.
Un abrazo gigante.
Diría que no lo he leído, pero me es tan familiar la sinopsis que, esta mañana, he estado buscando la novela entre estanterías, pero, salvo que no esté donde debería, no la he econtrado. Pero me haré con ella y la leeré. Don Stefan es don Stefan y es un privilegio pasear por sus letras y sus personajes, que siempre son mucho más que unas marionetas manejadas por la habilidad del autor; poseen alma, sentimientos, como si Zweig, en lugar de crearlos, simplemente los observara con atención y descubriera las inquietudes reales que palpitan tras gestos y palabras y las compartiera con sus lectores y lectoras. Un grande.
ResponderEliminarAbrazos entre lloviznas.
Hola de nuevo, Una mirada...
EliminarA veces las sinopsis nos llevan a una parte de nuestro subconsciente que suele acertar siempre, así que seguro que si no has leído este libro, habrás leído otro que se le parece bastante.
¿Qué decir de Stefan Zweig que tú no sepas? Por lo que dices, lo conoces y admiras tanto como yo. Sin duda es un autor que te reconcilia siempre con la literatura, esa calidad, esa manera -como bien señalas- de llegar a los sentimientos de las personas. Eso solo está al alcance de los más grandes, como él.
Has dicho algo muy bonito con lo que estoy totalmente de acuerdo, más que crear personajes nuevos parece simplemente sacar a relucir los sentimientos y emociones de personas que observa. ¡Pero caray de qué manera más brillante lo hace!
Cuando leo a Zweig soy tan (pero tan) consciente de lo brillante escritor que fue y de su magnífica prosa, que no es cuestión de sugestión sino tan solo de dejarme llevar por sus letras y hallar siempre esa sensación continua de plenitud.
Sí, ya lo aventuré, con esta edición especial que compila todas sus novelas iba a pasar buenos ratos. ¡¡Y vaya si ha comenzado siendo así!! Lo más.
Muchas gracias por tu visita, amigo, y por tus aportaciones que tanto valor tienen para mí.
Abrazos de otoño, aún con demasiado calor y sol por estos lares (¡qué ganas tengo ya de que venga el frío y vestirme con ropa de abrigo!)
Me gusta Stefan Zweig, especialmente su relato sobre Magallanes. Después, lo he leído poco y de forma desordenada, por lo que quizás fuese bueno encontrar sus libros, que deben andar perdidos en una pila u otra, y retomar estas lecturas.
ResponderEliminarHola Tawaki.
EliminarYa sabes que Stefan Zweig es de mis escritorios cinco estrellas ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️. Es lo más, me gusta muchísimo
Me alegra saber que retomarás sus lecturas, después de visitar mi blog.
Felices lecturas!
Gracias.
¡¡¡Muchísimas felicidades, Nélida!!! Que tengas un domingo excelente y se haga realidad el deseo que hayas pedido al apagar las velas.
ResponderEliminarUn gran abrazo con ligerillos tirones de oreja,
¡¡Muchísimas graciassssss!!
EliminarQué sorpresa más bonita que te hayas acordado de mi cumpleaños y te hicieras presente con esta visita y felicitación.
Agradecida, de ❤️
Muchos besosss.
En bellas palabras, supongo que es lo que viene siendo la crisis de los 40, o los 50... Supongo que hay edades cruciales en los que uno echa la vista atrás y hace un poco balance del camino que ha recorrido en la vida, las decisiones que ha ido tomando... Pero nunca es tarde para rectificar, para aprender, para un nuevo comienzo.
ResponderEliminarMe alegro que estés disfrutando de tu nuevo libro.
Muchas gracias siempre por tanto, Nélida.
Un beso enorme.
Hola, Macarena.
EliminarEn esta ocasión, yo pienso que más que una crisis existencial de la edad, nuestros protagonistas se dejan llevan por el deseo, al mismo tiempo que les embriaga el pudor, la moral, la ética y muchas cosas más.
Son sensaciones tan reales y palpables, que no cuesta nada entenderlas.
Gracias, Macarena. Este libro creo que me va a deparar grandes momentos lectores. Lo intuyo con mucha intensidad, y por ahora se está cumpliendo.
Un beso enorme, amiga.
Comparto la admiración por Stefan Zweig. El primer libro suyo que leí fue "Carta de una desconocida" y, desde ese momento, me declaré adicta a sus obras.
ResponderEliminarHola, bisílaba.
EliminarStefan Zweig es un grande entre muchos grandes. Qué bueno que compartas la misma admiración por él, que siento yo.
"Cartas a una desconocida" es una novela fantástica, a mi me encantó!!!
Yo también soy adicta a sus obras, a esa manera de escribir, de expresarse, de tratar múltiples temas, y de la forma en que lleva a cabo cada historia (sentimiento en estado puro).
Gracias. Visitaré tu blog, me ha dado tiempo sólo de echarle un vistazo, pero seguro que paso por allí porque me gustó lo que ví.
Abrazos.
Por si puedes leer esto, BISILABA, he ido a tu blog pero no me deja comentar. Puedo entrar y leerte, incluso ver los comentarios del resto de visitantes, pero a mí NO ME DEJA escribirte un comentario.
EliminarQué pena.
Al menos quería que lo supieras.
Gracias. Saludos!
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