Claus y Lucas.
Libros del Asteroide ha recopilado en un solo libro la trilogía Claus y Lucas, compuesta por "El gran cuaderno" (1986), "La prueba" (1988) y "La tercera mentira" (1992).
A mi me ha parecido un libro excepcional, brillante, brutal. La historia es tremenda, con el plus de estar basada en algunas vivencias de la propia autora en su infancia, lo que añade -si cabe- más valor e interés a la novela.
La primera parte de este libro (El gran cuaderno), es una historia tan directa, sincera y atroz que provoca en el lector una catarata de sentimientos: rabia, asco, dolor, impotencia, etc. La autora nos introduce en el contexto social y político de la historia. Lucas y Claus son dos niños, hermanos gemelos, que su madre lleva a casa de la abuela, en plena Segunda Guerra Mundial, para evitarles el horror de la guerra, pero nada más lejos de la realidad. Allí su abuela les hará trabajar de sol a sol, y se darán cuenta que deben endurecer su carácter si quieren sobrevivir, pierden la inocencia y toda moral. Se trata de una narrativa dura, no apta para todas las sensibilidades. Es brutal cómo te revuelve por dentro, se ahonda en los horrores de la guerra, en el hambre y las necesidades, el miedo, el horror, y de una manera minuciosa y extrema sobre la maldada humana y el instinto de supervivencia. Cada noche, los hermanos escriben en un libro lo que les ha pasado durante el día.
En la segunda parte (La prueba), se nos narra la vida de Lucas y la separación de ambos hermanos. Aquí la lectura sigue siendo dura, hace continuas referencias a las diferencias de vivir la guerra en la ciudad y hacerlo en el campo. Se centra en Lucas y su vida adulta, que no deja de ser sino una consecuencia más de esa infancia que tanto le marcó. Hay escenas impactantes, sucesos y silencios aterradores.
La tercera parte (Las tres mentiras), bajo mi punto de vista es la más esclarecedora, si leemos el libro como un todo y no como textos independientes. Se divide a su vez en dos partes: una primera que me resultó más abstracta y hasta onírica, y luego una segunda donde el ciclo se cierra. Ciertamente te hace pensar las cosas dos veces, y darle un significado nuevo a cosas ya leídas. El sentido lo tiene el libro de principio a fin, pero tal vez al terminarlo llegues a la certeza de lo que sospechas o la sorpresa de lo recién descubierto.
Agota Kristof, nació en 1935 en Csikvánd, Hungría, país que abandonó por motivos políticos en 1956 para instalarse en Suiza. Tras cinco años trabajando en una fábrica de relojes, Kristof decidió aprender francés, lengua en la que escribió en 1986 su primera novela "El gran cuaderno", primera pieza de la trilogía "Claus y Lucas", a la que seguirían "La prueba" (1988) y "La tercera mentira" (1992). Considerada su obra maestra, esta aclamada trilogía -reeditada por Libros del Asteroide en 2019 con el título "Claus y Lucas"- le valió importantes galardones como el Alberto Moravia en Italia, el Gottfried Keller y el Frieddrich Schiller en Suiza y el Premio austriaco de Literatura Europea. Ha escrito además otras obras de teatro y de narrativa, entre las que destacan la novela "Ayer" (1995; Libros del Asteroide 2021) y el relato autobiográfico "La analfabeta" (2004). Falleció en Neuchâtel (Suiza) en 2011.
Sinopsis: En un país en guerra ocupado por un ejército extranjero, dos hermanos, Claus y Lucas, han sido abandonados por su familia y puestos al cuidado de su abuela, a la que sus vecinos llaman la Bruja. La barbarie del convulso mundo en el que viven les lleva a emular la crueldad que ven en él. De una inteligencia superior, serán capaces de utilizar cualquier recurso para sobrevivir, pero una vez asegurada su supervivencia intentarán poner remedio a muchas de las dramáticas situaciones que les rodean. Los distintos caminos que terminan eligiendo al final de la guerra marcarán sus vidas para siempre. Formado por las novelas "El gran cuaderno", "La prueba" y "La tercera mentira", el tríptico Claus y Lucas es un retrato poliédrico de la complejidad humana, un libro extraordinario sobre los horrores de la guerra y los totalitarismos. Basado en las vivencias infantiles de su autora, una exiliada húngara que lo escribió en francés, este libro que se publicó por primera vez a finales de los años ochenta es un auténtico clásico moderno.
Me alegro de que te haya gustado, algo que suele ocurrir con los libros de esta editorial, pero creo que este me lo perdono. Creo que la forma de narrar la historia no va a encajar demasiado con mis gustos, ya que prefiero la típica escritura en primera o tercera persona a las cartas, los diarios o los textos sueltos. A La analfabeta sí le había echado el ojo, pero ahora tengo demasiados libros pendientes de leer.
ResponderEliminarHola Tawaki.
EliminarGracias por tu comentario.
Aclararte que esta novela no es epistolar, y está escrita en primera persona. Es una historia dura pero el libro está muy muy muy bien. Me alegré de haberlo leído, merece mucho la pena.
Suerte con tus lecturas y que las disfrutes mucho!!!!
Un abrazo.
Una historia tremenda con los sonidos de la guerra como sinfonía ambiental, incluso cuando el conflicto mundial queda atrás, porque quienes viven (sobreviven) una guerra es inevitable que hayan quedado heridos, y no me refiero a las laceraciones físicas.
ResponderEliminarTe leo y siento el libro; abro los ojos a esa niñez dura, a ese ambiente sórdido infestado de dolor y miedo donde es poco probable que unos niños salgan indemnes de la experiencia.
¿Sabes qué...? Que, en cuanto consiga el ejemplar, lo leo. Gracias por traerlo.
Hoy han traído bombones de tres chocolates para la sobremesa del café. Un abrazo con ese aroma, pues.
Hola, Una mirada.
EliminarGracias por tu comentario, porque ha sido una aportación valiosa a la lectura, es así tal y como tú lo has descrito.
Lo peor no son las laceraciones físicas, sino esa manera en que endureces el alma y llegas a hacer-vivir cosas realmente atroces. Marcas en el alma que no tienen cura.
Es un libro brutal, pero merece mucho la pena.
Ya me contarás qué te pareció.
¿Sabes qué? me encanta el chocolate, es mi debilidad!!! Así que otro abrazo para ti, con aroma a chocolate.
Me parece, por lo que cuentas, Nélida, una lectura cruda y brutal, sobre todo en el contexto de unas vivencias por la que ha tenido que pasar la autora. Las guerras son generadoras de traumas irreversibles e inolvidables ¡Qué horror!
ResponderEliminarLo que no sé yo si va a ser un libro de difícil lectura porque, aunque comentas que finalmente resulta una lectura redonda, igual la estructura elegida, hace complicado leer el texto.
De cualquier forma y por lo que dices, me interesa la propuesta.
Un beso enorme, gigante y grandísimo.
Hola, Macarena.
EliminarLo es, la lectura es muy cruda y brutal. Hay pasajes que, literalmente, me revolvieron el estómago. Pero fíjate, es tan dura como real, y por eso merece la pena leerla aunque te inunde con esos sentimientos tan intensos y crudos.
Es un horror cómo tuvieron que "endurecerse" a sí mismos. Eso es brutal; lo que vieron, lo que hicieron, de lo que fueron testigo, etc, etc, etc.
En cuanto al otro asunto que planteas, te diría que no; no es un libro difícil de leer, al contrario es ameno y se pasa rápido. Es una lectura llana sin obstáculos más allá de los sentimientos que se nos anudan mientras vamos leyendo.
Ya me cuentas qué te pareció, si al final te decides a leerlo.
Gracias, amiga mía.
Otro beso enorme, gigante y grandísimo!
Ufff creo que es uno de los libros más duros que he leído. Cómo me impactó su lectura!
ResponderEliminarCreo que sí, que, como tú dices, es un libro "excepcional y brillante y brutal".
Ando por aquí, paseándome por tus reseñas de las que, de momento, he tomado nota de tres libros que he sentido la imperante necesidad de leer después de leerte a ti sobre ellos.
Y decirte que estoy disfrutando de mi "paseo". Porque la apariencia de tu blog es clara, sencilla, atractiva y fácil de leer y vacía de esos anuncios tan molestos de los que otros blogs con la misma temática están llenos.
Y, sobre todo, estoy disfrutando por la pasión (ya sea positiva o lo sea menos) que pones en tus reseñas y la bonita forma en que lo haces. Quieres ir ¡pero ya! a comprar el libro :-)
Un abrazo, Contadora!