Una temporada para silbar.
Me ha parecido un libro maravilloso, está muy bien escrito, perfecto en todo: historia, manera de llevarla a cabo, cercanía de personajes, riqueza en el detalle de las personalidades de cada uno, etc. Encierra muchos valores, es un libro muy humano y realmente lo he disfrutado como pocos.
El autor nos lleva de la mano hasta Montana y allí viviremos con una familia de cuatros personas (un viudo y sus tres hijos pequeños). Conoceremos a los vecinos, estará muy implicada la figura de la escuela y el significado que tiene para todo el pueblo. Llegará al lugar una mujer, contratada por el viudo, para ayudar en las tareas del hogar. Ella vendrá con su hermano, y ambos tendrán un papel principal en toda la historia.
Me ha gustado tanto que, para mí, ha sido realizar un viaje más que leer un libro. Con la mayoría de los libros me sucede que -cuando los quiero recordar- tengo que pararme a pensar de qué iban, qué me hizo sentir, etc (de ahí el motivo de este blog, echar la vista atrás en cualquier momento y recordar de inmediato lo que sentí al leerlos). Pero en esta ocasión no creo que lo olvide nunca, pues más que leer un libro fue hacer un viaje y estar cerca de un año conviviendo en Montana con nuestra familia protagonista. Los viajes no se olvidan porque se viven de una manera mucho más real y temporal.
No le podía haber pedido más a este libro, de lo que encontré en él. Me encantó. Además, "libros del asteroide" ha hecho un gran trabajo, se nota el mimo y cuidado que han puesto en la edición de esta obra.
Ivan Doig, (1939-2015) nació en White Sulphur Springs (Montana), en el seno de una familia de colonos y rancheros de origen escocés. Tras la prematura muerte de su madre fue criado por su padre y su abuela en diferentes ranchos del estado, pero sin abandonar nunca Montana, fuente constante de inspiración para la mayoría de sus novelas y ensayos. Doig, graduado en Periodismo y en Historia, trabajó de granjero y en el Servicio Forestal antes de convertirse en editor y colaborador habitual de periódicos y revistas. En 1979 apareció su primera obra "This house of sky: Landscapes of a Western Mind", un texto autobiográfico inspirado en sus años de juventud, que llegaría a ser finalista del National Book Award. Le seguirían una larga lista de obras, narrativas y de no ficción, inspiradas en su mayoría en la vida rural de Montana y en sus imponentes paisajes. Entre su producción destacan las tres novelas que componen la Trilogía McCaskill: "Englis Creek" (1984), "Dancing at the Rascal Fair" (1987) y "Rie with Me, Mariah Montana" (1990), un complejo ciclo novelesco que abarca cien años en la historia del estado de Montana; "Bucking the Sun" (1996); "Mountain Time" (1999), y "Una temporada para silbar" (2006; Libros del Asteroide, 2011). Su prosa realista e intimista ligada a la historia, la naturaleza y el paisaje de su tierra natal lo ha encumbrado como uno de los mejores cronistas contemporáneos del Oeste americano, en la estela de autores de la talla de Wallace Stegner o Norman Maclean.
Sinopsis: "No cocina, pero tampoco muerde." Así comienza el anuncio en el que Rose Llewellyn, una viuda de "buenas costumbres y disposición excepcional", se ofrece en otoño de 1909 como ama de llaves; la frase capta de inmediato la atención de Oliver Milliron, un viudo con tres hijos y poca maña en las tareas domésticas, que la contrata para poner un poco de orden en su casa de Marias Coulee, Montana. Y así comienza también la inolvidable temporada que Rose y su hermano Morris, un dandi sabelotodo, pasarán en este pueblo de granjeros. Cuando la maestra local se escapa con un predicador, Morris se ve obligado a aceptar su puesto; sus particulares métodos de enseñanza marcarán para siempre a los jóvenes alumnos de la escuela rural. Ni ellos ni la familia Milliron ni el pueblo de Marias Coulee volverán a ser los mismo tras la llegada de Rose y Morris.
No, no conozco ni el autor ni la obra, pero tiene un título que es una invitación y que, por lo que cuentas, va cobrando sentido según se va leyendo. Algo tendrá ese conjunto de la vida cotidiana rural estadounidense de principios del siglo XX para haber calado en una canaria del siglo XXI...
ResponderEliminarHas escrito una reseña incitadora que me adentra en un tiempo y un espacio ajenos pero a tener en cuenta, porque la lectura de lo cotidiano de otros territorios siempre resulta alentador para la curiosidad.
Me alegra que tu última reserva literaria esté tan en consonancia con tus gustos y llene gratamente esos momentos únicos en los que el papel habla.
Un abrazo matinal con sabor a tostadas.
Hola, Una mirada….
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario.
En vez de enumerar lo que tiene este libro para haberme gustado tanto, lo resumo diciendo que lo tiene todo. Lo he disfrutado y lo he vivido.
Lazos invisibles que se anclan en mí.
De lo mejorcito que he leído.
Me hubiera gustado conocer al autor para decirle a la cara: GRACIAS. En mayúscula, con sentimiento y corazón.
Si te animas a leerlo, me gustaría saber tu opinión, si quieres.
Ojalá conectes con la novela de la misma manera que yo conecté.
Gracias.
Un abrazo con sabor a helado de chocolate 🤗😋
Querida Nélida,
ResponderEliminarYa de vuelta y más en horas bajas que nunca; pero aquí estoy de una pieza, para subirme al tren y que no marche sin mí. Espero que para ti sea diferente y el verano te haya dado fuerzas para afrontar una nueva temporada de invierno.
Así que voy a paso lento. Por lo que espero que seas paciente conmigo durante un tiempo, que espero sea poco.
Me gusta la pasión que has puesto en tu reseña sobre este libro y espero que, cuando lo lea, pueda transportarme como lo ha hecho contigo.
Un beso grande.
Querida Macarena.
EliminarSiento saber que estas en horas bajas, ¿pero sabes la buena noticia? que estoy aquí cerca para ayudarte y no te voy a soltar. No lo olvides.
Todo llega, amiga, nos desesperes. Siempre sale el sol tras la tormenta, y esta vez brillará para tí más fuerte que nunca.
Ánimo y muchos besos!!!