De percepciones.





Hay un Hotel el en Sur de Gran Canaria, que me encanta. Es un placer para todos y cada uno de los sentidos (y alguno más que se desarrolla estando allí.)
Es un hotel tranquilo, sosegado, un turismo civilizado que respeta las zonas comunes, el descanso y el silencio de los demás.  Está situado en un enclave muy bonito y especial.
Me encanta la recepción, esos techos altos y esas lámparas que si las bajáramos al suelo, podrían tener el diámetro de una decena de personas.
Me encanta ese piano de cola, que suena en directo mientras de noche te sientas a tomar una copa.
Me gustan  sus cómodos sillones y esas mesas de grandes troncos que sirven de base al cristal.
Me gusta salir a la terraza y seguir con la vista la piscina infinito.
Me gusta bañarme en la piscina llamada Río Lento, porque me dejo llevar dejando mi cuerpo ligero y mi mente en blanco.
Me encanta terminar el día en el jacuzzi junto al faro, cuando ya todo el mundo se ha recogido y apenas queda nadie por allí.
Y asocias como un íntimo sentimiento que llevas siempre contigo, a los buenos momentos vividos allí.

Cuento esto porque hoy he estado reflexionando sobre ello. En una conversación en la que yo estaba presente, salió el tema de los "buenos" hoteles en el Sur de la isla (la zona turística por excelencia, donde se encuentran las mejores playas y donde el buen clima siempre acompaña).
Me hizo pensar no tanto lo que se decía, que también, sino la manera en que se decía.
Aún hay gente que vive mucho del escaparate, de dar una imagen de puertas hacia fuera. Se les hace la boca bien grande hablando del último spa visitado, de una comida para dos cuya cuenta tenía tres cifras, etc, etc.
No critico a nadie, mucho menos juzgo a nadie, pero en un momento dado me resultó frío y artificial ese mundo perfecto que intentaban transmitir.  Me resultó falto de chispa, de calor, de cosas normales y sencillas.
La gente tiende a asociar que, lo que otros no tienen pero tú puedes tener, es lo más, es la bomba. Esa distinción de clases les hace parecer importantes y diferentes. Solo por eso, sin más motivos ni razones.
Y no me transmitieron nada de lo que les gusta y el por qué,  tan solo tuve la sensación de que proyectaban sus vidas en un espejo, anhelando "eso" que la sociedad establece como "lo mejor". Distinguirse, diferenciarse, pero sin un sentido personal.

Hablé de este Hotel porque me gusta y lo conozco.
De la misma manera que hablé del último Bungalow en el que estuve y que me encantó y que además recomendé.
No vivo mi vida en función de lo que otros quieran ver en ella, como si fuera un escaparate.
A todas estas, aunque pueda parecer lo contrario fue la nuestra una conversación distendida, para nada tensa, pero que me dejó un pozo que digerir, me hizo pensar.
Igual me equivoco, pero creo que si feo es juzgar y criticar, tanto o más lo es presumir y aparentar.

Comentarios

  1. Me estás dando una envidia...
    Yo de Las Palmas de Gran Canaria te podría hablar del hotel... perdón del cuartel de Mata, de la representación de Ifni en Canarias, pero de hoteles... no me llegaba ni para un paquete de tabaco con lo que me pagaban en la mili por defender a España de la posible invasión de los moros, bueno es un decir.
    Gracias por recordarme mi juventud, aunque perdiera el tiempo en la mili que en mis tiempos era obligatoria.
    Un abrazo

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    1. Hola Jubi.
      No perdiste el tiempo, lo invertiste y hoy forma parte de tus recuerdos.
      ¿Sabes? No deja de sorprenderme los casos que conozco de hombres que de su época en la mili tienen grandes recuerdos e incluso forjaron amistades preciosas. Hablo de tu generación, de la de mi padre, etc...
      Hoy en día han convertido en Museo ese cuartel. Ahora es el Museo Castillo de Mata, y está en boca de mucha gente porque parece ser que no ha gustado nada, ha perdido toda su originalidad y en nada se parece a lo que era y significó. Me es archiconocido por fuera pero tengo pendiente una visita a su interior donde jamás he entrado.
      Gracias por tu comentario.
      Un beso.

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  2. Gran parte del éxito de las redes sociales se basa en esa necesidad de mostrar nuestra felicidad, de aparentar, del enseñar que yo soy más que tú, no tanto porque seamos malas personas, sino porque algunos necesitan verse por encima y están inmersos en una eterna comparación.

    Conozco quien tiene un coche, una casa o un viaje magníficos pero no son felices porque el vecino les supera. Es triste, muy triste.

    Pero también están los que se emocionan contando los pétalos de una flor, los que valoran la paz y el silencio de un lugar secreto que sin embargo tenemos al lado de casa. Los que pasan el tiempo contando olas o los que disfrutan de un plato sencillo a la luz de la luna.

    Al final, mostremos lo que mostremos, no dejamos de ser nosotros mismos.

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    1. Hola Tawaki. Qué bonito comentario me has dejado.
      La gente crea necesidades pero no siempre llenan, a veces vacían.
      Cierto que hay casos muy tristes. Aunque uno lo ve y vive desde fuera, puede imaginar y ponerse en la piel de quien "tiene todo y no tiene nada". Es muy triste y conozco algún caso por aquí cerca.
      Al final mostremos lo que mostremos no dejamos de ser nosotros mismo. La esencia no siempre se ve con claridad pero ciertamente habla mucho de nosotros lo que pensamos y opinamos.También lo que callamos y lo que soñamos. Y lo que nos gusta y el por qué, lo que valoramos y a lo que damos importancia. Lo que nos hace sentir bien, sin condicionarnos por nada ni nadie.
      Gracias por tu comentario.
      Un beso.

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  3. ·.
    Seguramente... si la dirección de ese maravilloso hotel se entera de lo que has escrito te invitan a un fin de semana gratis total. Nos has incitado, con buenas maneras, a hacer un viaje a Maspalomas, una de mis playas preferidas, aparte de Las Canteras.
    Recuerdo muy bien las dunas, cuando ese hotel no existía en la mente de nadie. Ni Maspalomas, casi.

    un beso

    · LMA · & · CR ·

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    1. Hola Ñoco.
      ¿Caerá es breva? jiji. Yo creo que no.
      Me alegra haberte incitado con mi comentario, porque si he sido capaz de transmitir algo de lo que yo siento al relatarlo, ya es algo bueno para mi también!
      ¡¡Acertaste con el lugar!!
      Maspalomas es mi playa favorita, y con diferencia. Y te lo dice una isleña que ha estado al lado del mar toda la vida y conoce muchas playas y rincones costeros de esta isla.
      Las Canteras sin embargo me encanta y voy mucho pero para pasear por sus 3 km de avenida, para bañarme no me gusta.
      Pasear al atardecer por el faro de Maspalomas también es una delicia, sin necesidad de bañarse. Algunas veces cojo el coche y me planto en el paseo junto al faro para simplemente ver atardecer y pasear un poco por su avenida. Son 50 minutos de carretera desde casa, y otros 50 de vuelta. Pero ya ves, a veces me compensa sólo por ese instante.

      Las dunas siguen como entonces, amigo. Eso no ha cambiado.
      La playa junto al mar, en algunos tiempos ha sufrido cambios, como cuando por ejemplo el último temporal de viento y lluvias se llevó toda la arena y solo dejó rocas en esos primeros metros de playa. Con el tiempo todo volvió a su sitio, pero tuvo que pasar unos años. Sin embargo las dunas jamás han cambiado, permanecen invariables.
      Deliciosamente invariables.

      Un beso,Ñoco.
      Gracias!

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