He terminado de leerme la novela "Querido Miguel", de Natalia Ginzburg, y me ha encantado. Me siento feliz y afortunada de haber llegado hasta ella. Es un libro intimista, que al estar narrado de manera epistolar se convierte en más humano si cabe. Entrar en este libro es acariciar el alma de las personas que en él habitan. Es sumergirse en su mente, en su sentir. Es constatar en primera persona cómo respiran y cómo laten sus corazones. Me resulta increíble cómo la autora logra, de manera tan sublime, ahondar en el interior de los personajes y todo aquello que les rodea. La manera de mostrarnos ese mundo interior es tierna, amorosa, sincera, directa, sublime, transparente, clara, amable, atractiva, pero sobre todo muy cálida y hasta reconfortante. Existe una especie de catarsis en esta historia, donde las ausencias físicas se solapan a las emocionales, y donde hay cabida tanto para las letras infinitas como para los silencios más huecos. Me ha parecido una novela muy respet
Espero que nos vaya mejor a todos en 2016. De momento lo empezamos con ilusion.
ResponderEliminarBueno, supongo que todos hemos tenido cosas buenas en este 2015 que no podemos quejarnos. Pero sí, a ver qué tal se porta el 2016 si nos sorprende para bien :-)
EliminarIlusión es una palabra maravillosa, Tawaki. Sin ella las cosas no tienen el mismo sentido. A seguir así!!!!
Un beso.
Confío en que el arranque sea rápido, pero luego que la marcha se vaya enlenteciendo ya que a los viejos el tiempo corre que vuela y se nos escapa de las manos.
ResponderEliminarConfiemos en que el año seda benévolo con todos nosotros.
EliminarEl tiempo es muy relativo. Si las cosas marchan como debieran, pasa más rápido, lo cual es buena señal. Deseo eso para ti, Jubi, para todos, y que luego sepamos dilatar las cosas buenas para que "sepan" más y no resulten cortitas.
Un beso.